Vox Populi, Vox Dei 2 Review

Un juego de Kongregate recibe su secuela a todo trapo en ‘Vox Populi, Vox Dei 2’, un “thriller sobre hombres lobo”.

Generalmente, los gamers de vieja escuela nos quejamos alegando la casi inexistencia de la originalidad en los juegos de hoy: donde antes nos presentaban premisas que iban desde una lombriz en un traje de astronauta al punto rojo de 7up siendo cool, hoy en día -dejando de lado algunas excepciones- parecen reinar los hombres rapados de gatillo fácil.
Great Cogs, una desarrolladora independiente argentina, parece reírse en la cara de este problema, y nos pone en los pies de un ninja que debe enfrentar a hombres lobo que disparan lasers de su pecho. Sí, leíste bien…y recién empiezo.
Desde un repentino y radical cambio en el gameplay, hasta el hecho de usar sangre para revelar el camino a seguir o deber atacar un corazón latiente, la aparición de elementos que destacan la originalidad con la que cuenta “Vox Pópuli, Vox Dei 2” es constante.
Así, si decidís jugarlo, será mejor que te prepares para ser sorprendido, y de la buena manera, porque la inspiración que la gente de Great Cogs tomó para crear su obra es evidente, y ésta es un viaje de ida a lo que nos supo ofrecer la tan querida época de los 8/16 bits.

El extraño mundo de Vox Populi, Vox Dei 2.

VPVD2 nos pone en los pies de un ninja que debe enfrentar a hombres lobo que disparan lasers de su pecho.

La pantalla final de “Vox Populi, Vox Dei (a werewolf thriller)”.

Allá por el año 2009, podíamos encontrar en Kongregate un juego que ya por su nombre lograba captar la atención de los curiosos: Vox Populi, Vox Dei (A werewolf thriller). Quienes se adentraban en esta experiencia, encontraban un juego muy original, donde nuestra destreza y paciencia tomaban un rol vital, pero que podía llegar a finalizarse en menos de una hora, dejando un final más que abierto. Las buenas críticas y los pedidos de una secuela llegaron a oídos atentos, y, seis años después, vamos a poder averiguar qué pasó con nuestro protagonista.

El juego en revisión empieza justo donde termina su iteración anterior: el ninja en la orilla de un río, y con la rehén que con tanto esfuerzo rescató llorando a su lado; acto seguido, el Dr. Wolf y sus secuaces se hacen nuevamente con la desafortunada chica -sí, es una chica-, ante lo cual el personaje principal retoma la conciencia para volver a salir en su búsqueda.

Así, al tomar control del ninja, lo primero que llamará nuestra atención es que los controles son los mismos que su precuela: podemos movernos para todas las direcciones, agacharnos -aunque ahora podremos desplazarnos en este modo-, saltar, embestir, y volvernos invisibles en forma ilimitada con el sólo apretar de un botón. Si bien la disposición de los controles no cambió, sí lo hizo su fluidez, ya que realizar todo ello resulta mucho más cómodo que en su precuela, lo cual es más que comprensible.

La embestida a la que hice referencia anteriormente es tanto nuestra única forma de ataque como también un salto para sortear grandes distancias, cuestión ésta que hace que utilizar correctamente las bondades de esta habilidad deba volverse un aspecto natural en el jugador, ya que será uno de los recursos más usados durante toda la experiencia.

Con un bellísimo pixel art, litros de sangre desparramados por doquier, y una dificultad símil ‘Super Meat Boy’, “Vox Populi, Vox Dei 2” logra cautivar a quienes se dispongan a armarse de la suficiente paciencia para superar ésta última característica, aunque al hacerlo encontrarán un juego con mucho corazón, buen diseño y variedad por demás en cuanto a los elementos que se nos presentan.

¿Por qué digo esto? Al momento en que creemos que vimos todo lo que el juego tenía para ofrecernos, éste se vuelve un shoot ‘em up, y bastante divertido, debe decirse; simple, sí, pero que cumple con su cometido de sorprender con la mecánica de juego MENOS esperada en un platformer de alta dificultad.

Ya sea por variantes como la ya mencionada, los constantes cambios de ambiente, o los grandes y divertidos bosses que debemos matar, el juego nunca aburre. El dinamismo que presenta su gameplay, como así también el desarrollo de la historia, hace que VPVD2 sea un juego tan frustrante como divertido.

Saltos milimétricamente precisos, el control de dos personajes al mismo tiempo, y sentirse asediado tanto por el escenario mismo como por los enemigos que lo rondan, puede que llegue a frustrar a más de uno, pero cada pantalla funciona como un auto-save, por lo que morir y volver a intentarlo va a ser moneda corriente, cuestión que con la reciente salida del Bloodborne, imagino que los gamers estarán más que fogueados.

¿Te gusta la variedad? Con ustedes, “Vox Populi, Vox Gradius”.

La embestida con la que cuenta nuestro personaje es tanto nuestra única forma de ataque como también un salto para sortear grandes distancias.

Un hombre lobo siendo víctima de nuestra embestida: una imagen más que común en Vox Populi, Vox Dei 2.

Otra característica del juego que resalta a simple vista es el constante cambio de escenario: cuando nos acostumbramos al templo, nos adentramos en una fábrica, para luego encontrarnos en el exterior. Nuestros ojos nunca van a cansarse de contemplar la misma escenografía, lo que hace que el hambre de avanzar para poder contemplar el próximo nivel sea aún mayor.

La muy bien lograda estética se encuentra acompañada por una igual de correcta musicalización. Si bien no es lo que más destaca en el juego, por momentos logra tomar un rol más protagónico, ya que hacen aparición hermosos temas como el que suena durante el nivel donde se debe “seguir al conejo blanco”. En ese momento, tuve que frenar un momento para darle mi completa atención al tema de fondo: era brillante.

Uno de esos tantos momentos donde VPVD2 te sorprende.

El dinamismo que presenta su gameplay, como así también el desarrollo de la historia, hace que VPVD2 sea un juego tan frustrante como divertido.

¡¿Cuándo?!

Para el pesar del jugador, VPVD2 es una experiencia corta. Difícil, pero corta. Tres horas pueden resultar suficientes para alcanzar la meta final; si no morís demasiado, claro está.

Si bien más de un reviewer coquetea con la idea de criticar la excesiva dificultad de un juego acusándola de ser un recurso para alargar su vida, éste no va a ser el caso. Como amante del androide azul de Inafune, y ávido jugador del ‘Super Meat Boy’, creo yo que bien utilizado, este diseño de juego es una ventaja, ya que es lo que alimenta las ganas de seguir jugando a quienes gustan de tal desafío. Por suerte, Great Cogs supo no abusar de ello, y la sinuosa curva de dificultad del juego no obstaculiza su disfrute; al contrario, lo potencia.

Con un final -como no podía ser de otra manera- sorprendente, y un abrupto cierre, el juego termina, no sin decirnos en forma directa que podemos esperar tranquilos su secuela, donde seguramente se nos responderán al menos algunas de las tantas incógnitas introducidas.

Afortunadamente, podemos decir que esperamos esta tercera parte con ganas y ansias, ya sea para apreciar el desarrollo de la surrealista historia, como también para poder nuevamente disfrutar de un platformer que sabe lo que hace, y sabe cuándo castigarnos y cuándo premiarnos.

La actual escena del gaming indie se encuentra plagada de platformers que quieren ser reminiscentes a la vieja escuela, tanto en su apartado gráfico, como en el gameplay y la dificultad introducidos, factor único por el cual lamentablemente ‘Vox Pópuli, Vox Dei 2’ puede llegar a pasar por debajo del radar; pero insisto enfáticamente en que le des una oportunidad, ya que no defrauda.

Great Cogs es una desarrolladora independiente argentina que actualmente se encuentra conformada por Ramiro Bazan, a cargo de la programación, y Federico Nessi, como game y level designer. Para el proyecto aquí revisado, contaron con la colaboración de Hernán Marandino en la música y efectos de sonido.

¿LO JUEGO?

¡Sí! Un juego que denota esfuerzo y calidad lo merece.

Y Checkpoint Radio que opina?

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¿Platformer?, ¿argentino?, ¿Guille dice que vale la pena y encima recuerda a Super Meat Boy? ¡Lo juego de cabeza!

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Un indie, local, lindo, divertido y encima es corto como para no dejar colgado… Tiene todos los elementos para que lo juegue en cualquier momento.

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Tengo muy poca paciencia para este tipo de juegos, pero siempre me gusta desafiarme y jugarlos un rato, más aún si la historia del juego lo recompensa.

Lo Bueno

  • Reducido precio de acceso.
  • Lindo diseño estético y de gameplay.
  • No te vas a aburrir jamás.
  • Siempre sorprende.

Lo Malo

  • Puede resultar por demás difícil para los menos pacientes.
  • Corto. Te deja con ganas de más.
7

Bien logrado

Con el Derecho como vocación, y los videojuegos como pasión, Guille, “el Gurú”, es un gamer integral, con un amor incondicional a Nintendo, pero que se desvive por jugar cuanta cosa sale al mercado...y hasta a veces lo que ni llega a salir. Los géneros que lo pueden son los RPGs -tanto orientales como occidentales-, peleas y aventuras gráficas; con una fuerte tendencia a desenterrar juegos viejos y olvidados -de ahí su apodo-.