Odallus: The Dark Call Review

De la mano de los creadores del glorioso Oniken, nos llega Odallus: The Dark Call, para que nos sigamos sacando las ganas de habernos quedado en la época de los 8 bits.

Al ver screenshots del juego, resulta imposible para los gamers de la generación de los 80s no babearse ante esos sprites; más aún cuando leemos que JoyMasher, al crear Odallus, se inspiró en colosos del gaming como lo son Ghosts’n Goblins, Demon’s Crest y Castlevania, utilizando mucho del último, elementos seleccionados del segundo y -por suerte- muy poco de uno de los juegos más difíciles de la historia del gaming.

Odallus nos pone en la piel de Haggis, un cazador que vive para proveer de alimentos a su hijo, hasta que una noche, frente a su fogata, visualiza una humareda proveniente de su pueblo, al cual acude a toda prisa sólo para ver que un grupo de demonios había prendido fuego cuanta vivienda había, haciendo a la vez desaparecer a su retoño.

A Haggis le hicieron la gran “protagonista de JRPG”.

JoyMasher, al crear Odallus, se inspiró en Ghosts’n Goblins, Demon’s Crest y Castlevania.

Los acueductos: uno de los mejores niveles, tanto en diseño como musicalmente.

Con una premisa simple, tal como las de los gigantes que usó como musas, Odallus nos brinda una experiencia muy old school que goza de la gracia de no adolecer de los problemas que plagaban los juegos de esas épocas, fomentando más la exploración que la destreza con el joypad; y eso es más que bueno, ya que la voga que hoy está en furor de los juegos en 8 bits o pixel art tiende a crear productos que se refugian en su dificultad para brindar una experiencia retro. Odallus no: el arte, la música y ciertos guiños van a ser los encargados de meterte de lleno en esa atmósfera.

Desde animaciones introductorias hermosamente logradas, muy reminiscentes a Ninja Gaiden, hasta piezas musicales que transmiten los momentos de euforia o soledad por los que atraviesa Haggis, Odallus es un producto muy bien empaquetado, donde el cuidado al detalle se nota en todos sus aspectos.

Odallus es a la exploración lo que el Shovel Knight a la destreza; ya desde el momento en que iniciamos una nueva partida y se nos presenta el mapa de los niveles, podemos apreciar que de cada uno de ellos se desprende otro, lo que claramente nos dá la pauta de la existencia de salidas secretas. Si eso no crea mella en vos y decidís atravesar los niveles hasta llegar al último, te vas a encontrar con una barrera que te impide alcanzar al último boss. Sí, macho, vas a tener que explorar.

Para este apartado, Odallus se permitió tomar prestado elementos de uno de los Castlevania más infames: el Simon’s Quest; claro que lo hizo de forma mucho más dinámica y menos críptica que éste. Por eso, vamos a tener que explorar no sólo para poder ver todos los niveles, sino también para poder hacernos con ítems que nos ayudarán en nuestra cruzada, ya sea indispensables, como el ya clásico doble salto, u optativos como mejores espadas y armaduras.

Ah, no me digas que no querías explorar...

Vale aclarar que el hecho de que la exploración de los niveles ocupe un rol tan importante en el juego no convierte a éste en un metroidvania, ya que los niveles son abiertos, sí, pero en sí mismos, dado que no se encuentran interconectados. Podremos volver las veces que queramos a cada uno de ellos para intentar conseguir los secretos que se nos pasaron por alto, guiándonos por la información que nos brinda el selector de niveles. En definitiva, Odallus es una excelente combinación entre buen platforming y minuciosa exploración.

Imposible no amar estas cutscenes.

Algo difícil de plasmar en una review escrita, pero que todo gamer old school añora en juegos de este estilo, es el “misterio” que puede/debe existir para poder crear la atmósfera ideal que impulse al jugador a explorar cada rincón de los niveles. Por suerte, Odallus está empapado de eso, y es maravillosa la sensación de encontrar ese huequito que antes no habías visto, adentrarte y conseguir ese tan preciado ítem que te va a salvar la vida en el próximo nivel.

Odallus es a la exploración lo que el Shovel Knight a la destreza.

Gran parte de ello se debe al hecho de que el juego en ningún momento te agarra de la mano y te dice dónde ni cómo ir, sino que apela a que, justamente, el gamer explore a conciencia, guiándolo a través de pistas no muy difíciles de seguir.

Odallus no cuenta con un gran nivel de dificultad, cuestión que llama la atención luego de haber jugado el primer juego de JoyMasher, Oniken, un platformer de acción muy a lo Contra y Ninja Gaiden, que ponía los pelos de punta a cualquiera que osase enfrentársele. Habiéndome tomado el atrevimiento de preguntarle a los desarrolladores el porqué del drástico cambio de dificultad en su segundo juego, ellos mismos me dijeron que prefirieron favorecer la exploración, haciendo que la experiencia sea más fácilmente transitable; igualmente, ya han asegurado que en un próximo update añadirán el veteran mode, para los masoquistas que gustan de ser maltratados.

Mmmmm...secretitos.

Odallus apela a que el gamer explore a conciencia, guiándolo a través de pistas no muy difíciles de seguir.

La inspiración en grandes exponentes del gaming se siente en todo momento.

Controlar a Haggis, ya sea con joypad o teclado, resulta por demás cómodo, aún cuando atravesamos niveles donde existe algún factor condicionador de los controles, ya sea hielo o viento. Nuestro personaje posee un pequeñísimo delay a la hora de blandir su espada, y al haber enemigos que requieren más de un golpe para ser vencidos, dominar el timing entre golpe y esquive va a ser fundamental para poder salir airoso en el juego.

Enemigos los hay de toda índole y tamaño -¡hay bosses enormes!-; la mayoría de las veces podremos optar entre pelear o huir, pero debemos tener en cuenta que tal vez necesitemos de las preciadas monedas que nos darán al ser vencidos, para así poder abastecernos de recursos como vidas, energía o sub-armas (hachas, antorchas o lanzas) al llegar a un mercader.

Esta review sale con cierta demora porque quien escribe quiso tomarse el tiempo de evaluar si el explorar todo lo que ofrece el juego vale realmente el esfuerzo que requiere, sobre todo siendo éste el estandarte del juego. Afortunadamente, puedo aseverar que sí lo merece. Resulta muy satisfactorio el terminar el juego al 100%, sintiendo que pudo visualizarse cada porción de los tan bien diseñados niveles.

Más aún cuando esto puede lograrse en tan sólo seis -o un poquito más-horas de juego. Ello habla muy bien de JoyMasher, ya que no se valieron de una dificultad imposible ni de alargar innecesariamente el juego para crear tan bien pulida obra, que cumple con creces la premisa que viene prometiendo desde que comenzó su desarrollo.

Son incontables los devs que intentan captar la esencia de lo que fue para muchos la época dorada del gaming, pero pocos quienes logran plasmarla en forma completa. Desarrolladoras como WayForward, Yacht Club Games, y ahora JoyMasher, pueden jactarse de entrar dentro de ésta última categoría.

Por eso, los invito fervientemente a que adquieran este título, no sólo porque en verdad merece el precio que se pide, y porque no saldrán decepcionados, sino para fomentar a los desarrolladores chicos a que sigan creando piezas como éstas, y podamos seguir disfrutando de experiencias que al parecer juegos de clase AAA no pueden darnos.

¿LO JUEGO?

Definitivamente. Una experiencia retro que se deja jugar muy plácidamente, y ofrece mucho a quienes quieran experimentarla al 100%.

Y Checkpoint Radio que opina?

vani_web

Jugar juegos como éste es de alguna manera sentir que volvemos un poco a la infancia. Sin lugar a dudas vale la pena jugarlo porque, además de la “nostalgia linda”, es muy entretenido y completo.

diegote_web

Tengo pendiente Shovel Knight y Axion Verge. Este juego definitivamente es uno más que se suma a la lista de espera, aunque la verdad es que estoy un poco cansado de que se tenga que recurrir a emular una época retro para hacer un juego. A veces me da la sensación de que no hay ideas para hacer algo nuevo, o bien los devs no se animan a jugársela para representar mecánicas old school pero con una estética más adecuada a los tiempos que corren.

seba_web

Cuantos buenos recuerdos vuelven a la vida con estos juegos con estilo retro. Más que nada, el amor y la simpleza es lo que enamoran a todo gamer cuando se encuentra con un juego de estas características. Buen pedigre del estudio, grandes fuentes de inspiración y correcta ejecución, una fórmula infalible.

dieguito_web

Es inevitable sentir nostalgia con juegos así. También es inevitable sentirse un poco viejo cuando una estética y diseño que fueron contemporáneos a nuestra infancia, hoy son considerados “retro”. Algo similar a cuando en canal Volver o TCM ves algo que veias de chico o adolescente. Me pregunto cómo impactarán a un niño que nació en la época del HD juegos como éste, Shovel Knight o Axiom Verge. ¿Sabrán apreciarlo como joya? ¿Sentirán rechazo por su añejo diseño? Personalmente, es algo que disfruto mucho en juegos hechos con amor y cuidado, y sin duda éste es un juego que no escapa a esa regla.

Lo Bueno

  • Arte 8 bit por demás cuidada.
  • Música que te mete de lleno en el ambiente.
  • Controles fluidos.
  • Un final digno de la experiencia.

Lo Malo

  • Un poco corto.
  • Un poco fácil (por ahora).
8

¡A no dejarlo pasar!

Con el Derecho como vocación, y los videojuegos como pasión, Guille, “el Gurú”, es un gamer integral, con un amor incondicional a Nintendo, pero que se desvive por jugar cuanta cosa sale al mercado...y hasta a veces lo que ni llega a salir. Los géneros que lo pueden son los RPGs -tanto orientales como occidentales-, peleas y aventuras gráficas; con una fuerte tendencia a desenterrar juegos viejos y olvidados -de ahí su apodo-.