La música de Chipzel marca el ritmo y las curvas en las pistas -repetitivas- de Spectra.
La generación progresiva de entornos se ha puesto de moda en los últimos años de la historia videojueguil, no porque sea una innovación, sino porque el desarrollo tecnológico ha permitido explotar este recurso con mayores posibilidades. Dentro de esta corriente encontramos los juegos de “carreras” en los que las pistas se van generando al ritmo de la música acompañante. Digo de “carreras” porque en general el jugador va solo en la competencia, ante lo cual, bueno, digamos… ni hay carrera ni hay competencia.
Spectra es uno de estos juegos, y en este caso los temas musicales provienen del álbum del mismo nombre compuesto por Chipzel (Niamh Houston), quien se destaca por utilizar un Game Boy como instrumento digital. Sin duda la música es la protagonista en estas pistas, aunque resulta curioso que el álbum haya salido en 2013 y este videojuego dos años después.
Al ritmo de la música, las pistas se generan progresivamente.
Algunos boosters temporales pueden ayudarnos a conseguir más puntos.
La premisa es fácil de describir: debemos guiar una nave a través de las curvas del recorrido a una velocidad creciente hasta que termine el tema musical, mientras recolectamos puntos y evitamos caer al espacio estelar. La jugabilidad resulta agradable, y es uno de esos casos en que uno puede ponerse en “piloto automático” una vez que le agarró la mano.
Las diez pistas que ofrece Spectra se generan progresivamente al ritmo de las pegadizas melodías de Chipzel, aunque llama la atención que no se encuentre la opción de importar nuestra música favorita como en otros juegos del género (Audiosurf, por ejemplo). Esto hace que la experiencia tenga una corta vida útil, considerando además que la variedad de modos de juego es prácticamente inexistente: sólo se nos ofrece un modo hardcore como alternativa.
Las pistas de Spectra se generan progresivamente al ritmo de las pegadizas melodías de Chipzel, aunque llama la atención que no se encuentre la opción de importar nuestra música favorita.
¡Bueno, bueno, está bien! Ya entendí que mi inoperancia me hizo perder 60 puntos, ¡gracias!
Es una lástima que la atractiva iluminación de neón, los ingeniosos ritmos de la compositora y el estilo retro que apela a la nostalgia del videojugador, no hayan sido explotados con un mayor abanico de posibilidades por parte de los desarrolladores. Ni siquiera contamos con la motivación extrínseca de leaderboards para intentar superar los mejores puntajes. Sólo queda especular si en algún futuro próximo se agregará más contenido a un juego que, por lo demás, otorga unas horas de dispersión y entretenimiento.
Spectra puede entretenerte un par de horas si un día tenés que hacer tiempo, pero luego de ese par de horas no hay demasiadas razones para volverlo a jugar, a menos que en el futuro le agreguen más contenido.
¿LO JUEGO?
Para pasar el rato es entretenido, pero no pidas más que eso.
Y Checkpoint Radio que opina?
Este tipo de juegos me resulta muy atractivo, después de la review de Beto, lo paso por alto claramente.
Pronto sale Amplitude de Harmonix, no hay nada más que decir.