MICA 2015

La diversidad cultural en un espacio de encuentro que Checkpoint no podía dejar pasar.

Entre el 3 y el 6 de septiembre se organizó el Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires, un encuentro que reunió a seis áreas de trascendencia: diseño, audiovisual, videojuegos, artes escénicas, editorial y música. Por supuesto, Checkpoint estuvo allí.

Que los videojuegos hayan ganado su lugar en la industria y cultura nacional es verdaderamente un orgullo para quienes disfrutamos de esta pasión desde pequeños. No es algo menor, considerando que el MICA está dirigido a productores, gestores, emprendedores y empresarios de la cultura, que encuentran allí un espacio para la visibilización de creaciones originales y de calidad. Si a esto le sumamos que contó con más de 4300 inscriptos (sí, había MUCHA gente), entonces aquí estamos hablando de algo importante.

La sede del encuentro cultural MICA 2015.

Ale Iparraguirre preparando una de las mesas de debate videojueguil.

En una de las mesas de debate, tuvimos la oportunidad de escuchar al español Jesús Fabre -que recordarán como responsable del alocado Crazy Pixel Streaker- discutir junto a desarrolladores argentinos sobre las estrategias disponibles en la actualidad para visibilizar proyectos de videojuegos indie. ¿Qué es mejor como red de divulgación: ¿Facebook o Twitter? ¿O quizá ambas? ¿Cuánta atención requieren los consumidores de un Early Access? ¿En qué aspectos el popular kickstarter se ha debilitado? ¿En cuáles se ha reinventado?

Jesús sostiene que todo grupo de trabajo necesita a alguien que se encargue específicamente de estas tareas de relaciones personales, si busca viralizar sus productos. Muchas veces ocurre que los propios diseñadores o programadores intentan cubrir este rol, sin tener tiempo ni energía suficientes para hacerlo, y por ende dejando de lado incluso sus roles originales en el equipo.

El fructífero intercambio nos dejó reflexionando sobre las ventajas y desventajas de cada uno de estos mecanismos, y sin duda los desarrolladores indie presentes en la sala se habrán ido pensando en cómo complementarlos para lograr difundir y conseguir apoyo económico en sus proyectos. Por supuesto también se habrán quedado pensando los que acompañaron a Jesús en la mesa: Agustín Cordes (Senscape/Asylum), Damián Fernández (Magic Guiso/SkyRider), Roque Rey Ordoñez y Sebastián Gioseffi (Coffee Powered Machine/Okhlos); quienes contaron sus experiencias en primera persona señalando las buenas y malas decisiones que tomaron en sus tortuosos caminos.

Que los videojuegos hayan ganado su lugar en la industria y cultura nacional es verdaderamente un orgullo para quienes disfrutamos de esta pasión desde pequeños.

Jesús Fabre discute con desarrolladores argentinos los mecanismos actuales de visibilización de proyectos.

Uno de los cuartos de la enorme sede del evento estaba preparado para que los videojugadores visitantes pudieran probar los juegos de diversos desarrolladores independientes, gracias a una aplicación instalada en las computadoras allí disponibles. De esta forma nos pudimos acercar a proyectos nacionales como 80 Boxes (pelea plataformera de estilo retro), Balancity (simulador de ciudades sobre un sube y baja), Battle Pong (Pong mejorado con power-ups), Cinquedea (juego de acción de animales con dagas), Ernesto (aventura a través de calabozos con el objetivo de matar a un dragón), entre muchos otros.

Sin duda, el MICA refleja una vez más esa notable y bienvenida tendencia en nuestra sociedad: el reconocimiento cada vez mayor de los videojuegos como parte de la cultura, a la par de actividades creativas como el diseño, las artes escénicas y la música. Una integración maravillosa para quienes compartimos la pasión gamer.

Un gamer que juega múltiples géneros en múltiples plataformas, Hugo -alias Beto- comenzó desde pequeño a incursionar en los videojuegos a través de joyas como Super Mario Bros., Pac-Man y Carmen Sandiego. Sus géneros predilectos son los RPG, los juegos de estrategia (RTS y 4X) y los puzzle. En su ámbito laboral, como profesor universitario en ciencias de la salud, incorpora analogías, alegorías y estrategias de enseñanza inspiradas en su experiencia videojueguil cuando ve la oportunidad. Por supuesto también difunde la religión Checkpointera en sus círculos académicos.