Quantum Break Review

Luego de Max Payne y de Alan Wake, Remedy nos introduce a Jack Joyce, un involuntario viajero en el tiempo que estará dispuesto a sacrificar todo para evitar el Fin del Tiempo. Seguí leyendo para enterarte de qué la va la nueva epopeya de Remedy Entertainment.

A Remedy Entertainment podrá criticársele muchas cosas, pero nunca se podrá decir que no intenta subir la apuesta cada vez que introduce una nueva franquicia.

La primera vez que Max Payne apareció en nuestros monitores y nos dio control sobre el uso del bullet time fue un momento que nos quedará grabado en nuestras retinas para siempre; mientras que, al menos yo, no recuerdo haber buscado con tanta desesperación un haz de luz salvador como cuando escapaba de lo desconocido con Alan Wake.

Ahora, Remedy nos pone en control de Jack Joyce, quien por…¿accidente?…adquiere poderes que le permiten manipular el tiempo, un fuerte condimento que, junto a demás factores, vuelven lo que podría haber sido un shooter genérico en una experiencia inolvidable.

Muy atentos a los numerosos easter eggs de otros juegos de Remedy.

Los dos Max Payne, Alan Wake y Jack Joyce: los héroes de Remedy.

Ya de por sí, resulta injusto describir a Quantum Break sólo como un juego, ya que es una experiencia cinemática multimedial.

La entrega se compone del juego per se, y de una serie live action de cuatro capítulos que se desarrollan en base a las decisiones que tomemos en el juego, los cuales asimismo influyen en eventos que se nos presentarán durante el gameplay.

Esto es llevado de una manera magistral, puesto que tanto en el juego como en la serie se nos van presentando hechos de diferentes perspectivas que se van hilando en perfecta armonía, para crear una historia por demás atrapante que nos encontrará adictos a ella en su clímax.

Pero empecemos por lo primero: ¿de qué trata Quantum Break? Si recuerdan, allá por el año 2013 se nos introdujo por primera vez a este juego mediante un trailer que poco y nada explicaba sobre su fondo; sólo nos quedó claro que por alguna razón el tiempo se detenía y que nuestro protagonista -estéticamente muy distinto al actual Jack Joyce personificado por Shawn Ashmore-, no.

Los trailers y videos que fueron saliendo subsiguientemente tampoco ahondaron mucho en este terreno, dejando en ascuas a los gamers, que no podían definir si se encontraban realmente interesados o no en la nueva propuesta de Remedy Entertainment. Una cosa nos quedaba clara: “el tiempo es poder”.

Finalmente, mediante declaraciones de los desarrolladores y con los primeros gameplays, pudimos saber que Quantum Break nos ponía en el rol de un forzado viajero del tiempo, que iba a tener que aprender a sacrificar aspectos de su vida por un bien ulterior. Ahondemos en esto.

El mejor amigo de nuestro protagonista, Paul Serene (interpretado por un fantástico Aidan Gillen), nos convoca a ser testigos de un gran descubrimiento al que ha arribado, citándonos a tales fines a las 04:00 a.m. en la Universidad de Riverport, sitio donde ha desarrollado sus investigaciones.

Serene oportunamente había hecho uso del hermano de Jack, William Joyce (Dominic Monaghan) a modo de consultor, relación que, acorde al mismo mail que Paul enviara a Jack convocándolo, no se desarrolló de la mejor manera, motivo que termina de convencer a Jack de asistir a tan extraña cita.

Dicho descubrimiento resulta ser nada más y nada menos que una máquina del tiempo. Al ser encendida, un error imprevisto envía a Paul Serene a un tiempo irrastreable e imbúe a Jack Joyce de progresivos poderes que le permiten hacer uso y abuso del tiempo.

“El tiempo es poder”, frase que Jack se toma muy a pecho.

Jack Joyce adquiere poderes que le permiten manipular el tiempo, un fuerte condimento que, junto a demás factores, vuelven lo que podría haber sido un shooter genérico en una experiencia inolvidable.

No me permito contarles más de la historia del juego ya que, justamente, gran parte del encanto de ésta son los giros que el argumento va tomando para no dejar de sorprendernos. Sólo les aseguro que, cuando crean que entendieron todo, van a darse cuenta de que no entendieron nada; y eso es bueno, MUY bueno.

La experiencia de Quantum Break se compone de cinco actos de cuatro partes cada uno. Al terminar un acto, entraremos a lo que el juego denomina un “nudo” o “coyuntura” (junction), donde tomaremos control de Paul Serene, quien, gracias a sus vivencias y superiores poderes, puede prever lo que sucederá a continuación. Bajo esa premisa, deberemos tomar una decisión pivotal para el resto del desarrollo del juego, momento en el cual se nos explicará en qué consiste cada opción y las potenciales consecuencias que éstas tendrán. Al finalizar estos pequeños pero importantísimos epílogos, se nos presentará el episodio de turno de la serie actuada, la cual nos mostrará qué sucede con los demás personajes de la historia. Cabe destacar que los capítulos de la serie no se encuentran dentro del paquete del juego, por lo cual tendremos que optar entre streamearlos o bajarlos, a un costo de 76 GB de nuestro disco rígido. Duro, sí, pero cuentan con una definición envidiable.

Este formato funciona, y muy bien, porque siempre se nos deja en un cliffhanger, y resulta muy difícil evitar seguir para poder ver cómo continúa la intrigante historia a través del tiempo de Jack, Paul, y el resto del cast.

Paul Serene. “Meñique”, para los amigos.

Además de los ya mencionados actores principales, contamos con actores secundarios o de soporte que brindan un muy buen trabajo de apoyo a los protagonistas y al interesante guión, tales como Lance Reddick, en el papel del misterioso Martin Hatch, y Courtney Hope como Beth Wilder, además de otros que cumplen con creces a los fines de crear un ambiente de tensión y rivalidades, que hace aún mayor el conflicto principal del juego: el inminente Fin del Tiempo.

Este catastrófico evento es uno que, según Paul Serene, él ha presenciado y vivido, motivo por el cual cree fervientemente que es inevitable y que la única opción es prepararse de la mejor manera para ello, sin siquiera molestarse en contrarrestarlo. Como es lógico, su punto de vista no es compartido por nuestro protagonista y sus seguidores, lo cual lleva a un conflicto que tiene a la existencia misma de la humanidad como apuesta mayor. Tranqui, sin presión.

Cuando crean que entendieron todo, van a darse cuenta de que no entendieron nada; y eso es bueno, MUY bueno.

Dominic Monaghan como Will Joyce, el genio ovófilo.

El mentado concepto de que un hecho que ha sucedido es “inevitable” es de vital relevancia para el desarrollo de Quantum Break, dado que el juego entiende que un suceso pasado no puede ser alterado; es decir, si alguien viajase al pasado con la intención de intentar cambiar un hecho, terminará generando la razón misma por la cual éste ha ocurrido.

William Joyce ejemplifica esto con un huevo…bah, en realidad ejemplifica TODO con huevos…tiene un raro fetiche; éste explica: si vos estás en tu casa con tu amado huevo, vas al baño y al volver ves que está desparramado en el piso, te vas a sentir triste y vas a viajar queriendo evitar que el huevo caiga, pero muy seguramente, al salir de la máquina del tiempo, te tropezarás con la mesa y vos serás la razón por la que el huevo cayó. Clarísimo. No por la clara, sino por lo claro.

Todos estos elementos que les fui describiendo son acompañados de tres fácilmente distinguibles etapas de gameplay; en primer y principal lugar, contamos con un shooting en tercera persona munido de un sistema de cover dinámico para crear una experiencia que, si bien no resulta novedosa, no por ello es menos satisfactoria.

El fuerte aditamento que hace único a este shooter es el repertorio de seis poderes que Jack va adquiriendo a medida que progresa en la historia, los cuales le permiten manipular el tiempo de diferentes modos, ya sea deteniéndolo y desplazándose rápidamente, creando una burbuja a su alrededor que frena balas y enemigos por igual, etc.; los dejo que los vayan descubriendo y asombrándose por sí mismos.

Dichos poderes podrán ir siendo mejorados a través de la adjudicación de los Chronon Sources que iremos encontrando esparcidos en los niveles, así que atentos que de esto puede depender el poder pasar o no ciertas escenas de acción del juego.

Jack haciendo pleno uso de sus cronopoderes.

El mentado concepto de que un hecho que ha sucedido es “inevitable” es de vital relevancia para el desarrollo de Quantum Break.

El puente, uno de los mejores momentos del juego.

También, en los momentos en los que no nos encontremos llenando de balas a cuanto pobre enemigo se nos cruce, podremos explorar los limitados entornos con el objeto de encontrar numerosos documentos u otros elementos que profundizan la historia del juego, dándonos así una mayor idea de lo que sucede o sucedió con los diferentes personajes, sus objetivos y sus relaciones. Esto permite que se cree una aún más interesante narrativa que disfrutar; recomiendo ampliamente tomarse la molestia de recolectar estos ítems, ya que enriquecen ampliamente la experiencia de juego.

Por último, la inminencia del ya mencionado Fin del Tiempo conlleva como consecuencia que en determinados momentos el tiempo colapse, manifestándose mediante saltos que se producen en él y que dan lugar a los momentos de acción cinemáticos -o “a lo Uncharted”– del juego, y que ayudan sobremanera a la experiencia épica a la que el juego apunta.

Todo lo descrito en las líneas desarrolladas se ve espectacularmente adornado por un aspecto gráfico que hará soltar ríos de baba por quien los aprecie, lo cual se ve amplificado por el uso de actores reales, un efecto que hemos visto funcionar muy bien en juegos como Until Dawn, pero que Quantum Break lo lleva a un nuevo nivel usándolo en un juego que casi no se detiene para dejarnos recobrar el aliento. Gran mérito.

Debo advertirles que Quantum Break es corto, ya que en aproximadamente ocho horas pueden terminarlo al 100%; sin embargo, el juego en análisis goza de una excelente rejugabilidad, puesto que es muy interesante ir experimentando diferentes decisiones en las bifurcaciones que se van planteando, y nos sorprenderá cómo se van resolviendo las carencias o cambios que las consecuencias acarrean.

Igualmente, rejugabilidad o no, las horas que lleva recorrer este interesante guión parecen ser las justas, y no cae en el error de sobre-extenderse, sabiendo así dejar al gamer con muchas preguntas (de las buenas) y ganas de más.

En definitiva, Quantum Break terminó siendo una gratísima sorpresa que, amén de venir de parte de un estudio con un pedigree como el de Remedy Entertainment, logra valerse por sí mismo y darnos una experiencia difícil de olvidar y por demás gratificante, que todo gamer que pueda acceder al juego, ya sea a través de una Xbox One o de una PC potente, no puede dejar pasar.

¿LO JUEGO?

Definitivamente. Quantum Break está empapado de elementos que lo hacen de lo mejorcito de la generación hasta ahora.

Checkpoint opina…

dieguito_web

Una de las cosas que con más alegría y nostalgia recuerdo de mi juventud gamer es cuando en la saga Wing Commander aparecen escenas con actores reales y el juego ya no es solo un simulador de nave espacial y se convierte en algo más. La mezcla perfecta entre juego y película.
Todavía no pude jugar Quantum Break, pero sin dudas lo voy a jugar apenas pueda porque todo lo descrito por mi amigo Guille hace que aquel Dieguito adolescente se vuelva a entusiasmar.

diegote_web

¡Uffff! Y ahora… ¿qué hago si mi PC no lo corre de una manera al menos decente? Ya sé, me voy a jugarlo a la casa de Guille, si son sólo ¡ocho horitas! Me encantan las experiencias cinemáticas del estilo de Heavy Rain o Beyond (aún no jugué Until Dawn), pero a diferencia de los títulos de Quantic Dream que tienen más agujeros argumentales que un colador de fideos, este bello juego parece tener un guión sólido y más que interesante. Definitivamente quiero probarlo ni bien pueda.

vani_web

Mi primer prejuicio acerca del juego fue: “Max Payne más Alan Wake: no puede fallar, me va a encantar”; pero luego de ver a Guille jugar por un tiempo, no me sentí demasiado atraída como para querer jugarlo de inmediato, cosa que no pensé que me iba a pasar. De todos modos, este es un sentimiento personal que quizás cambie en el momento en que realmente lo esté jugando, ya que no hay duda de que se trata de un buen exponente que, por lo menos, vale la pena probar. Pero me decepciona un poco la idea de que no me haya generado ese “amor a primera vista” que me producen -por lo general- los juegos que REALMENTE me gustan. En fin, ¡jugalo que seguro es un juegazo! No me hagas caso a mí, estoy loca, el amor a primera vista no existe (¿o sí?).

fede_web

Al igual que muchas otras personas, será un juego que dejaré pasar por ser de XBox One y requerir una frondosa PC. Una pena porque pareciera que Remedy vuelve a estar en su salsa, luego de Alan Wake, juego que no llega ni a los talones de lo que fue Max Payne. Lo peor es que no tiene sentido viajar en el tiempo para comprar una XBox One porque seguramente me toparía con Nolan North quién me seduciría a invertir en la PS4.

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Pareciera ser que Quantum Break hizo todo bien. Agarra fórmulas que personalmente me gustan (shooters con algún poder, manipulación de tiempo y formato episódico con cliffhangers) y les da una vuelta de tuerca a cada una. Encima se dignó a no contarte toda la historia del juego con sus trailers. Si no fuera porque no tengo Xbox o PC potente, ya lo estaría jugando. Excelente review del gurú, y comparo a Will y los huevos con Guille y los microondas.

beto_web

¡No se asusten! Soy Beto del futuro, y vengo desde el año 2025 a decirles que la review del Gurú fue más que suficiente para llevarme a probar la épica aventura del Quantum Break, ahora que mi PC lo corre. Al igual que Dieguito, en esta época todavía recuerdo con nostalgia aquellos juegazos con actuaciones reales como los Command & Conquer Red Alert.
¡Bueno, me voy rápido porque no quiero generar una contradicción en el continuo del espacio-tiempo! Ah, por favor, hagan todo lo que puedan para frenar el desarrollo del Assassin’s Creed Guatemala, porque es una poronga y me enchufaron la redacción de la review.

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Jack Joyce es un pecho frío.

Lo Bueno

  • Una historia interesante y bien llevada.
  • Gráficos impresionantes.
  • Gameplay dinámico y entretenido.
  • Un antagonista interesante y bien desarrollado.
  • Rejugable.

Lo Malo

  • Corto.
  • Aidan Gillen deja en offside al resto del cast.
  • Exploración limitada.
8.5

¡A no dejarlo pasar!

Con el Derecho como vocación, y los videojuegos como pasión, Guille, “el Gurú”, es un gamer integral, con un amor incondicional a Nintendo, pero que se desvive por jugar cuanta cosa sale al mercado...y hasta a veces lo que ni llega a salir. Los géneros que lo pueden son los RPGs -tanto orientales como occidentales-, peleas y aventuras gráficas; con una fuerte tendencia a desenterrar juegos viejos y olvidados -de ahí su apodo-.