Tom Clancy’s The Division 2 Review

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Dentro de lo que parece ser un género que ya está más que gastado, Ubisoft sigue intentando hacer bien lo que muchos no pudieron. Desde lanzamientos desastrosos y microtransacciones tediosas hasta historias vacías y bugs que literalmente rompen consolas, es seguro decir que las palabras ‘looter shooter’ fueron completamente difamadas por la falta de calidad en la cantidad de títulos que fueron lanzados en estos años.

Así es como llegamos al 2019, año en el que Ubisoft tiene la oportunidad de limpiar la reputación de un género en el que hay mucho loot por ser encontrado.

Enemigos de todo tipo.

Mientras que EA y BioWare están ocupados limpiando los escombros de lo que fue uno de los derrumbes más trágicos de la época, The Division 2 está aprovechando esta única oportunidad para desarrollar lo más parecido al mejor exponente del género.

Muchos aspectos en los que otros han fallado se notan bien pulidos, en especial la progresión. Normalmente me encuentro quejándome sobre lo repetitivo que es el proceso de niveles en este tipo de juegos, pero rara vez me parecieron monótonas las tareas requeridas para avanzar.

Esto es especialmente verdad gracias al significado que tiene cada acción que llevamos a cabo. Cada vez que ayudaba a capturar una base enemiga o rescataba a un civil de una ejecución pública sentía que estaba contribuyendo a una mayor causa.

Ni hablar de que nunca me faltó algo para hacer. Siendo un juego de Ubisoft, apenas comenzamos ya podemos ver un mapa lleno de íconos que a primera vista parecen actividades mundanas, pero que con el tiempo cobran significado a través del desbloqueo de pisos francos, que siempre van a proveernos objetivos relacionados con el mundo que nos rodea.

Se amplifica aún más cuando recorremos lo que es la representación de Washington D.C. más hermosa y precisa que el mundo de los videojuegos haya presenciado. Encontraron la manera de mantenerse fieles a la realidad y aún así jugar con aspectos post-apocalípticos que seguramente sorprenderán a cualquiera que conozca la ciudad.

Esto se ve logrado tanto por fuera como por dentro. Todas las misiones principales se llevan a cabo dentro de edificios conocidos, como el Jefferson Trade Center o el Museo de Historia Americana, haciendo que los ambientes se sientan únicos dentro de la historia principal. Sin embargo, son en estas mismas misiones donde se encuentran los puntos más débiles de The Divison 2.

Aparte del diseño singular dentro de cada edificio -que da lugar a enfrentamientos originales (especialmente en cooperativo)- la estructura general parece ser siempre la misma: abrir puerta, matar enemigos.

La historia está muy presente en eventos dentro de estas misiones, aunque durante todo el juego se encuentra en un plano secundario, probablemente debido a la falta de una narrativa interesante y personajes con algún tipo de motivación relevante.

Aun así, en ningún momento sentí la falta de una historia importante; fue más que suficiente la exploración y las recompensas que esta traía para motivarme a seguir adelante.

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Y recompensas hay de sobra. Loot puede ser encontrado en cada esquina de la capital de los Estados Unidos, lo que me llevó a recorrer las calles por horas con el único fin de encontrar equipamiento de alto nivel. Pero no sólo hay cantidad sino que también hay variedad: uno se encuentra con muchas posibilidades en lo que respecta a elección de armamento: Snipers, SMGs, LMGs y una variedad de rifles están a nuestra disposición para que ninguna batalla se torne repetitiva.

El capitolio post-apocalíptico.

Una interfaz bien realizada.

¿Pero qué sería tanto énfasis en loot sin un buen inventario? Elegir qué equipamiento nos sirve y cuál queremos vender o deconstruir nunca fue tan fácil. La interfaz hace un excelente trabajo al dejarnos en claro la información de todo lo que está en pantalla, facilitando el cambio de armamento en el medio del combate.

Desgraciadamente llega un momento en el que, para agregarle complejidad y progreso al endgame, el sistema de mejora de equipamiento se vuelve innecesariamente complicado.

Y esto no es lo único malo del endgame, que se caracteriza por ser básicamente el mismo juego con más dificultad y un sistema de progresión “diferente”. Libre de spoilers, lo único que puedo decir es que hay nuevos enemigos con distintas estrategias de ataque.

Lo que sí puedo destacar son las tres nuevas clases, cada una con un arma especial, que son agregadas al final. Traen una capa al gameplay que logra renovar, al menos por un par de horas, lo que era un gameplay ya gastado.

De todas maneras, sigo sin perder esperanza en el endgame, ya que más contenido gratuito va a ser agregado este año con nuevas especializaciones, lugares y misiones que deberían mantener entretenidos a aquellos que todavía se quedaron con las ganas.

Una de las armas especiales.

Llevándonos el buen loot.

Ubisoft no falló al sorprenderme con tanto contenido gratuito. Todas las microtransacciones son puramente cosméticas, haciendo que el progreso sea el mismo para todos, no ofreciendo ninguna ventaja competitiva a aquellos que paguen más. No es que haya mucho competitivo que digamos; tanto Dark Zone como Conflict me decepcionaron bastante.

En el primero tenemos un mundo libre donde el loot reina, pero para extraer equipamiento contaminado debemos llamar a un helicóptero que, en papel, debería atraer a otros jugadores y generar una situación de batalla de alta escala. Aunque las tres zonas oscuras están diseñadas de una manera excelente para cada tipo de combate (cercano, lejano y una combinación entre ambos), no encontré suficiente tensión por la poca presencia de otros jugadores.

El segundo modo ya directamente es un intento fallido de combate 4v4. Los dos tipos de combate dejaron mucho que desear: tanto Skirmish (deathmatch clásico) como Domination (control del punto) demostraron que The Division 2 simplemente no está hecho para un ambiente cerrado al estilo Call Of Duty.

Aunque el PvP no logró cumplir con mis expectativas, hay muchos otros componentes que hacen que este juego sea el mejor ‘looter shooter’ del momento. Pasé incontables horas en un mundo que pide a gritos justamente eso, y espero con ansias el contenido extra, que sin duda alguna voy a usar como excusa para volver a recorrer las calles de Washington D.C.

The Division 2 Warlords of New York hace un gran trabajo para potenciar el ya fuerte post game presente en el juego original. Tanto las habilidades como el equipamiento cambian drasticamente la jugabilidad, lo que amerita volver a ponernos en la piel de un agente.

Ni hablar de que volver a la excelentemente recreada ciudad de Nueva York es un espectáculo a la vista, que justifica este DLC, especialmente para quienes no hayan atravesado Nueva York en la primera entrega.

Concrete Jungle

¿LO JUEGO?

La mejor experiencia del género. Solo o con amigos, te recomiendo que le des una chance a The Division 2.

Lo Bueno

  • Progresión significativa y muy bien llevada.
  • Recreación excelente de Washington D.C.
  • Variedad infinita de loot.
  • Un diseño de inventario que facilita el acceso al equipamiento.
  • Escenarios de combate únicos.

Lo Malo

  • Misiones principales mal estructuradas.
  • La historia carece de importancia.
  • Modos PvP que fallan en su propósito.
9

Joya del gaming

Marco es PC Gamer de sangre, siempre buscando componentes que suban el contador de FPS al máximo posible. Desde niño disfruta los juegos con énfasis en historia y dialogo, pero ultimamente se ve mas atraído por juegos competitivos multijugador que provocan adrenalina pura. Sus juegos de preferencia son Red Dead Redemption, TES: Skyrim y Detroit: Become Human.