Seguimos analizando Life Is Stange 2, esta vez en su tercer capítulo. ¿Logró encontrar su identidad? Enterate en nuestra review.
Life is Strange 2 comenzó su historial con una sensación agridulce. Efectivamente logró distanciarse de su primera entrega con un nuevo repertorio de personajes, aunque no logró encontrar un ritmo ideal ni supo aprovechar el nuevo contexto creado. Este tercer capítulo reitera las fallas y los aciertos dando una pequeña luz de esperanza sobre el final.
Luego de los eventos de Rules, la historia nos ubica casi dos meses en el futuro con nuestros protagonistas, los hermanos Diaz, sobreviviendo junto con una banda de jóvenes que viven su día a día en un campamento, con un estilo de vida que se podría considerar hippie.
Ambos trabajan en una plantación de marihuana ahorrando cada centavo para poder tener los medios para finalmente llegar a Puerto Lobos, el lugar donde los hermanos piensan que van a recuperar un hogar.
Todo el capítulo se basa en el cambio de estilo de vida, el día a día con este grupo de nuevos personajes y el no tan legal trabajo.
La vida de hippie resta más de lo que suma.
Pelo desarreglado, ojeras; Sean no da para más
Lamentablemente el capitulo no supo ser más que los anteriores. La evolución de los personajes es prácticamente nula, haciendo que el conflicto se sienta una historia repetida, incluso en el contexto de los poderes de Daniel.
Para empeorar esto, los desencadenantes de los momentos más importantes del capítulo están mal logrados. Sin entrar en spoilers, son reacciones poco creíbles las que terminan moviendo la historia, factor difícil de justificar especialmente en comparación al tercer capítulo del primer juego. No se aprovechó ni la riqueza de la exploración de los hermanos, ni los superpoderes.
Para destacar, si se logró transmitir a la perfección la incomodidad de Sean con toda la situación que lo rodea, especialmente con la nueva amistad de Daniel con uno de sus compañeros de campamento. Sea impotencia, celos o injusticia, cualquier decisión va a generar una incomodidad en el jugador.
El último punto meritorio es el final, el cual es similar independientemente de las decisiones que hayamos tomado. Se plantea un duda de que pasó realmente adrede y como seguirá la aventura. Cualquier explicación posible marca un cambio sustancial en lo que va a ser el cuarto capítulo y abre nuevamente la puerta a la reivindicación de esta entrega.
Usa la fuerza, Daniel.
Adoré el primer juego y esta parte viene estando muy por debajo. Este capítulo tenía que ser una bisagra, y el final logró dar un poco de esperanza. Esperemos a la cuarta parte…
