La oportunidad occidental de experimentar una nueva entrega remasterizada de un RPG con identidad propia.
Si bien hoy en día la explosiva oferta de juegos no escatima en RPGs -ni en ningún género, prácticamente-, puede que algún aficionado purista y nostálgico extrañe el estilo clásico de esas joyas como los Final Fantasy o Breath of Fire de antaño. Esa época en la que las emociones y la personalidad de los protagonistas y avatares aventureros era comunicada a través de un inteligente diseño de sprites.
Si ese es el caso, el lector puede estar interesado en aprovechar el relanzamiento de Romancing SaGa 3, un juego sacado al mercado originalmente en 1995 por Square en Japón, y cuya versión remasterizada ahora podemos disfrutar en consolas hogareñas, PC e incluso PS Vita, Android e iOS al igual que su predecesor.
Estos eran los héroes pixelados de otra época.
Comprar, vender, equipar; nada de microtransacciones ni skins.
La historia gira alrededor de un evento llamado Morastrum, un eclipse mortal que destruye a los seres vivos cada 300 años, excepto por un único sobreviviente destinado a salvar el mundo o… destruirlo. Si bien el desarrollo de esta premisa termina siendo minimalista a lo largo de la aventura, sirve como excusa para situarnos en algún contexto.
En un comienzo, se nos da la opción de elegir entre ocho protagonistas, cada uno con sus cualidades y su propio prólogo. Luego el juego nos arroja sin demasiado preámbulo -ni tutoriales- a un RPG clásico pero de identidad propia, que francamente escasea en explicaciones de mecánicas y nos invita en cambio a la experimentación. Esto puede resultar atractivo o detrimental según el ánimo del jugador de este lado de la pantalla.
El lector puede estar interesado en aprovechar el relanzamiento de Romancing SaGa 3, un juego sacado al mercado originalmente en 1995 por Square en Japón, y cuya versión remasterizada ahora podemos disfrutar en múltiples plataformas.
¿Final Fantasy? Podría ser, pero esto es Romancing SaGa con su propia identidad.
Entre las cualidades distintivas, destaca el sistema de progresión que, a diferencia de la típica acumulación de experiencia y aumento de nivel, se inclina hacia una mecánica semi-aleatoria en la que cada personaje mejora sus atributos, optimiza su destreza armamentística y aprende habilidades a medida que combate enemigos. Esta característica -referida como “spark”- otorga un grado de impredecibilidad al entrenamiento de nuestro equipo de batalla, que por momentos puede volver considerablemente difíciles algunos enfrentamientos -en especial considerando que no podemos simplemente subir niveles y volver a intentar.
Esta versión remasterizada de Romancing SaGa 3 se destaca por una excelente optimización de gráficos HD que, sumada a una exquisita banda sonora que ha envejecido muy bien, brindan una presentación más que digna. También se agregan nuevas locaciones para explorar y un modo New Game+.
En definitiva, esta entrega representa una nostálgica oportunidad de experimentar un RPG clásico de una saga con identidad propia, que pocas veces ha salido de su nicho en Japón. Quizá su mecánica pueda espantar a jugadores modernos, pero es una agradable invitación a probar algo distinto.