Bloodborne Review

De los creadores de las sagas Souls, llega Bloodborne, un action RPG en el cual interpretamos a un cazador, en la antigua ciudad de Yharnam, donde una enfermedad se esparce como epidemia y es nuestra tarea descubrir qué ocurre.

Bloodborne puede no ser un juego Souls, pero no dejes que el nombre te engañe. El último título de From Software sale exactamente del mismo molde que los juegos de acción RPG que supo inventar.

Aquellos jugadores que hayan disfrutado algún Souls, se van a sentir muy a gusto con Bloodborne, ya que éste toma distintos elementos de cada iteración anterior, introduciendo mecánicas nuevas. Quienes no conozcan la saga deberán leer las pistas que se encuentran repartidas en el juego en forma de mensajes.

Luego de crear, con lujo de detalle, un personaje al que prácticamente nunca le veremos la cara, aparecemos en la ciudad de Yharnam.

Si bien podemos elegir una clase inicial, somos un cazador cuyo objetivo es descubrir de dónde proviene la maldición que azota a la ciudad y ha transformado a la mayoría de los habitantes en monstruos de todo tipo y tamaño.

Podría extenderme explicando la historia, pero hacerlo quitaría la gracia que tiene descubrirla por cuenta propia, ya que la trama no es mucho más complicada.

Podés hacer tu propio Diegote.

Al igual que Demon’s Souls, contamos con un hub central llamado Hunter’s Dream.

Yharnam es una ciudad victoriana, inmensa, llena de pasadizos y atajos. El estilo artístico que define a la ciudad es opresivo; la iluminación y arquitectura es lo que más destaca, haciéndonos sentir constantemente como extraños. Además de recorrer los callejones y plazas de la ciudad, visitaremos iglesias, catedrales, acantilados, cementerios, laboratorios, universidades, ciénagas e inmensos bosques. Cada locación se encuentra repleta de detalle y lugares secretos para encontrar.

No es extraño encontrarse con esta cantidad de enemigos.

Los ciudadanos de Yharnam, afectados por la maldición, serán nuestros enemigos. Lucharemos contra simples granjeros con horca o antorchas, y también con demonios inmensos con hachas de doble filo y múltiples extremidades. Cada enemigo es único en la forma de acercarse a nosotros y atacarnos. Algunos nos atacan intensamente sin descanso, mientras que otros se toman su tiempo y se esconden, o retroceden para curarse.

Si no los recuperamos rápido, los enemigos pueden robar los ecos de sangre que perdemos al morir.

Lámparas que hacen las veces de Checkpoints.

Al igual que Demon’s Souls, contamos con un hub central llamado Hunter’s Dream, donde podemos mejorar y reparar nuestras armas y comprar consumibles.

Dado que contamos con este lugar, ya no es posible transportarnos de un lugar a otro, será necesario recorrer el terreno a pie, o volver a Hunter’s Dream y utilizar una de las lápidas que permiten desplazarnos directamente a donde necesitemos ir.

Para poder hacer esto, será necesario previamente haber activado una lámpara (similar a los fuegos de los Souls), las cuales la mayoría de las veces se encontrarán detrás de los jefes.

Al tratarse de un action RPG, obtenemos experiencia, en forma de ecos de sangre. Esta sangre la podemos utilizar para mejorar nuestro personaje, subiendo de nivel. Se simplificó bastante el sistema de asignación de atributos: podemos aumentar nuestra vida y stamina, o invertir en otros pocos atributos que permitirán usar mejores armas, además de incrementar el daño que hacemos. Cada vez que subimos de nivel aumenta nuestra defensa, así que, incluso si nuestra decisión no fue la mejor, estaremos siempre un poco más listos para volver a intentar vencer ese enemigo que tanto nos costó. Eventualmente, tendremos acceso a runas que mejoran aún más a nuestro personaje.

El detalle a veces es abrumador.

Las nuevas mecánicas de gameplay se ajustan perfectamente con las ya utilizadas en los ‘Souls’.

Morir es algo que ocurre con mucha frecuencia. Al hacerlo perdemos toda la sangre que no hayamos utilizado. Esta puede quedar tirada en el piso donde morimos, o puede se recogida por un enemigo, al cuál identificamos por sus ojos brillantes. Al recogerla del piso, la recuperamos, del mismo modo que si matamos al enemigo que nos la robó. Si morimos nuevamente en el intento de recuperarla, ésta se pierde definitivamente.

El peso de los ítems fue eliminado por completo, por lo que podemos llevar en nuestro inventario cuantas armas y armadura queramos. Se eliminaron los anillos y no hay más hechizos ni magia. La armadura o ropa que encontremos no puede ser mejorada, por lo que deberemos cambiarla según queramos tener más defensa contra fuego, veneno o ataques cortantes.

En cuanto a las mecánicas del gameplay, varias de ellas son heredadas de la saga Souls. Contamos con una barra de vida y una de stamina. Esta última se reduce al correr, esquivar y atacar, y se recarga con el tiempo. El combate es en tiempo real y podemos esquivar rodando, algo muy necesario para poder evadir los ataques, ya que en Bloodborne no hay forma de defenderse. Existe un único escudo que obtenemos a las pocas horas de empezar a jugar, pero el mismo es totalmente inútil, como lo dice en la descripción del ítem.

Todas las armas poseen dos modos distintos de uso, que cambiamos al presionar L1. En general, uno de los modos del arma es ágil, de corto alcance; y el otro es fuerte o de largo alcance. Con R1 hacemos un ataque ligero y con R2 hacemos un ataque cargado.

¿Qué modo y ataque conviene utilizar? depende puramente del enemigo que estemos enfrentando, teniendo que elegir entre poder atacar más rápido y seguido, o con cuidado desde una distancia prudente.

Una de las novedades de gameplay introducidas son las armas de fuego: pistolas, escopetas e incluso cañones. Sirven para atacar desde lejos, pero lo más importante, es que si logramos interrumpir la animación de ataque de un enemigo con un disparo, éste quedará atontado, pudiendo entonces rematarlo con un ataque crítico.

¡Boom, headshot!

Otra novedad es el sistema de ‘regain’ de vida. Luego de que un enemigo logre atacarnos, nuestra barra de vida baja, pero, si logramos atacar al enemigo rápidamente, recuperaremos la vida que perdimos. Siempre contamos con unos segundos en los cuales podemos hacer uso del ‘regain’; habrá que elegir entre contraatacar rápidamente, o tomar distancia y usar una de las limitadas pociones con las que contamos, para regenerar nuestra vida.

Yharnam es un mundo inmenso, interconectado, lleno de secretos y atajos para explorar.

Enemigos grandes, muy grandes.

Con estas dos nuevas mecánicas, lograron cambiar drásticamente cómo debemos afrontar un encuentro con un enemigo, o un grupo de enemigos. Las peleas con los jefes son, en su mayoría, épicas. Todo tiene un tono religioso y veremos varios demonios gigantes, sacerdotes y enfermeras.

Luego de vencer algunos jefes, cambia la ubicación de los enemigos en Yharnam, por lo que siempre sentimos que algo puede matarnos. No sirve demasiado memorizar sus ubicaciones. Incluso aparecen enemigos nuevos que antes no estaban.

Impresiona realmente lo grande que es Bloodborne: todos los escenarios se encuentran conectados y podemos recorrer por completo la ciudad de un extremo al otro. Activaremos varios atajos que serán más que bienvenidos cuando estamos intentando matar a un jefe.

Algo digno de mencionar es que, al morir a mano de uno de los nuevos enemigos que aparecen, seremos encerrados en una celda y tendremos que escapar. Esta área corresponde a un lugar al que normalmente llegaríamos sobre el final del juego. Es sumamente difícil salir con vida. Por suerte, contamos con un ítem que permite retornar a Hunter’s Dream, pero al ser consumible, no contamos con un stock ilimitado.

La carga del nivel se realiza una única vez, y luego todo el juego es fluido y sin interrupciones. Claro, salvo cuando morimos, donde el juego deberá revivir a todos los enemigos y dejarnos en la última lámpara que utilizamos.

El problema es que morir es algo que ocurre muy, muy seguido, y la carga demora sus 40 o 45 segundos; la pantalla que lee Bloodborne es algo que quedará grabado en nuestras mentes por siempre, luego de jugar este juego. Se sabe que From Software está trabajando en reducir estos tiempos.

Se mejoró notablemente la funcionalidad online. Ahora podemos ponerle contraseña a nuestra partida, permitiendo a nuestros amigos, conectarse directamente, y bloquear el acceso a extraños. Invitar a alguien a jugar online, consume ‘Insight’, algo que obtenemos al matar a jefes o al utilizar un ítem.

Amigate con esta pantalla.

Además, se agregaron los llamados ‘Chalice Dungeon’, que son niveles generados aleatoriamente, que podremos recorrer una y otra vez obteniendo nuevas armas y armadura que no encontraremos en el juego normal. Una vez generados estos niveles, podemos compartirlos públicamente, mediante un código, para que cualquiera del mundo pueda jugar con nosotros.

Podría escribir varias líneas más, desarrollando cientos de mecánicas y detalles, pero no voy a hacerlo. Descubrirlas es parte de lo que hace que Bloodborne sea un juego excelente y lleno de misterio.

Bloodborne no es un juego difícil, pero sí es frustrante. Es un juego para un jugador paciente.

Jugar online da gusto y ayuda mucho.

La música del juego está presente, más que nada, durante las peleas con los jefes, lo cual ayuda a ponernos en una situación desesperante al encontrarnos que con nuestro mejor ataque, apenas le sacamos un pequeño porcentaje de su masiva barra de vida. Los sonidos viscosos acompañan a la perfección en todo momento, y si contamos con un sistema 5.1, podremos identificar siempre si estamos a punto de ser atacados por detrás. Como nota de color, hay enemigos que no hacen ruido, e incluso enemigos invisibles.

Te manchaste un poquito con sangre.

Gráficamente el juego es deslumbrante, no porque se vea mejor o peor que otros juegos, sino por el increíble arte y la atmósfera que genera. El juego utiliza un filtro que pareciera pixelar un poco las cosas y se utiliza motion blur para suavizar los movimientos.

Las explosiones y lluvias de sangre llenarán el piso y a nuestro personaje cada vez que matemos a algo o alguien.

Bloodborne no es un juego difícil, pero sí es frustrante. Es un juego para un jugador paciente, que prefiere la estrategia sobre el ataque sin sentido. Si pretendemos correr y atacar sin pensarlo, no llegaremos muy lejos. Si no podemos vencer a un jefe, siempre podemos subir de nivel hasta volver mejor preparados. Es muy raro que nos quedemos sin pociones para curarnos, pero si llega a pasar, podemos comprarlas u obtenerlas de los enemigos en las secciones iniciales del juego.

Luego de matar unos cuantos jefes y subir de nivel varias veces, aquellos enemigos que nos mataban de un golpe y nos costaba tanto vencer, ahora apenas nos rasguñarán y morirán con uno solo de nuestros ataques. La dificultad escala linealmente, siempre que nos tomemos un momento para juntar sangre y subir de nivel.

Que Bloodborne tenga sus raíces tan unidas con Demon’s Souls y Dark Souls puede cansar o alienar a algunos jugadores poco pacientes, pero son suficientes las novedades de gameplay como para hacer que se sienta un juego nuevo y fresco. Las simplificaciones al sistema de niveles y mejoras de armas sin duda fueron implementadas con el fin de atraer más jugadores.

Un paso atrás en cuanto al gameplay es que con el círculo se corre, se esquiva, y se salta, por lo que presionar este botón una milésima de segundo de más, resultará en que el personaje ruede en vez de saltar. En Dark Souls 2, esto fue cambiado a L3, aprovechando mejor la variedad de botones disponibles.

El sistema de targeting está intacto, y es una de las cosas que necesita una mejora, ya que es inútil, e incluso molesto a la hora de lidiar con varios enemigos al mismo tiempo. En cuanto a duración, tranquilamente nos puede llevar más de 60 horas pasar el juego la primera vez, dependiendo de qué tan hábiles seamos. Bloodborne es un juego largo, grande y que ofrece rejugabilidad mediante New Game+ y los Chalice Dungeons.

El juego corre nativo a 1080p y logra mantener 30fps la mayoría del tiempo. Lamentablemente, al jugar online se nota una baja en fps, lo cual genera una experiencia inconsistente, algo que cuesta perdonar en un juego donde el timing es algo crucial.

Si necesitabas una excusa para comprar una PS4, y no te convencieron exclusivos AAA como Killzone: Shadow Fall, Infamous: Second Son o The Order: 1886, Bloodborne puede ser el juego que estabas esperando.

Update 1.03: Con la actualización 1.03 , las pantallas de carga ya dejan de ser un problema. No sólo duran menos, si no que el logo de Bloodborne fue reemplazado por varios textos descriptivos de distintos items del juego. El puntaje del juego pasa de 9 a 9.5 gracias a estos cambios tan esperados de From Software.

¿LO JUEGO?

Sin duda alguna. Una obra maestra.

Y Checkpoint Radio que opina?

guru_web

Siempre nos quejamos de que sagas alabadas se exprimen hasta el cansancio, introduciendo pocos o ningún cambio a través del tiempo. Creo yo que From Software supo encontrar el término medio: hacer otra entrega del Souls, pero sin ser Souls, con los elementos del Souls que la gente quiere, y con nuevos para que no se aburran de lo mismo. Sin duda, un modelo que deberían de seguir muchos.
Como muchos ya lo venían pidiendo, al fin la PS4 cuenta con un exclusivo de verdadera calidad; ¡habrá que jugarlo nomás!

dieguito_web

Muchas veces me encontré pensando “¿Quién me obliga a jugar a este juego? la estoy pasando mal” mientras Bloodborne abusaba de mi, de maneras que no podemos reproducir públicamente. Y a la vez, no lo puedo dejar de jugar. Es como una versión de “50 sombras de De Carlo”.

seba_web

La review de Fede confirma lo que veníamos pensando: Bloodborne tiene algunos de los cambios necesarios que la saga venía pidiendo, sin dejar de sentirse familiar comparado con sus predecesores. Tal vez falten algunos cambios más para que sea revolucionario, pero la inmersión y dificultad características de la saga, son parte de su encanto y el secreto de su propio culto. ¡Qué ganas de sufrirlo por completo!

diegote_web

Tengo problemas con las sagas, muchos de ustedes lo saben. Al Demon’s Souls no le tuve la paciencia suficiente en su momento, me había encantando, pero la frustración era grandísima y pensé que un jugador old school no tenía que usar guías para no perder su honor gamer. ERROR. Demon’s era un juego en el que usar guía no era para sentirse mal, pero lo abandoné y con mis problemas de sagas, nunca jugué los Dark Souls.
Bloodborne no sólo está suavizado para atraer más público como dijo Fede, sino que metió lindos cambios. Al comienzo de todo, puede ser altísimamente frustrante, y pensé que iba a tener que abandonarlo o agarrar una guía, pero una vez que me dieron un empujoncito algunos amigos que lo estaban jugando, sinceramente NO PUDE PARAR. Recomiendo encarecidamente vencer ese primer impacto y apenás instalás el juego, leer el manual básico que trae (no es joda, leé el manual). Derroté dos jefes y estoy explorando como un campeón. Muero y muero y vuelvo a morir… pero regreso por más. Soy feliz con Bloodborne.

Lo Bueno

  • Un mundo inmenso, totalmente interconectado.
  • Cada enemigo se comporta de forma única.
  • Nuevas mecánicas que complementan las ya existentes en los Souls.
  • Las peleas con los cada jefe.
  • Los Chalice Dungeons.
  • Cada arma se siente única.

Lo Malo

  • A veces cuesta encontrar a alguien para jugar online.
  • La historia es una excusa que acompaña un excelente gameplay.
  • Inconsistencia de resolución en algunas texturas.
  • No se pueden comparar los items del shop con los equipados.
  • Bajada de fps al jugar Online.
9.5

Joya del gaming

Fede, pasó por consolas de Nintendo, pero tiene especial pasión por todo lo que sea PlayStation. Ama jugar, tanto como el cine, las series o leer un buen libro. Juega videojuegos desde que tiene memoria. En general le gustan todos los juegos, sobre todo los de aventura. Prefiere los juegos innovadores por sobre las sagas repetitivas.