Pillars of Eternity Review

Una aventura épica que deleitará especialmente a los nostálgicos amantes de los CRPG.

Una caravana se moviliza por sinuosos caminos llevando un grupo de aventureros que busca una nueva vida en el prometedor pueblo llamado Gilded Vale. Lamentablemente, el malestar de nuestro recién creado personaje principal, exige una parada de emergencia cerca de unas misteriosas ruinas y, muy probablemente, cerca de peligrosos bandidos. Segundos después nos encontramos frente a una vista isométrica cumpliendo los primeros objetivos del tutorial integrado de un tradicional RPG.

Ya desde estos primeros minutos de juego, Pillars of Eternity nos está develando las nostalgias que intentará y -les adelanto- logrará satisfacer. Es que hace años que los fanáticos de juegos como Baldur’s Gate (1998, BioWare), Icewind Dale (2000, Black Isle Studios) y sus respectivas secuelas extrañaban arrojar los invisibles dados digitales para lanzar un hechizo, interrumpir ataques y desarmar trampas con un equipo de magos, druidas y asesinos.

El viejo truco de los bandidos en la neblina de guerra.

Sí, es cierto, hace poco que Divinity: Original Sin (2014, Larian Studios) apeló con excelencia a esta misma nostalgia, pero camuflando los dados detrás de algunas maravillosas innovaciones para reinventar el género. En Pillars of Eternity el objetivo es otro: trasladar al jugador a aquella época de gloriosas iteraciones de clásicos videojuegos de rol.

Que Pillars of Eternity esté claramente dirigido a ese nicho de amantes de los CRPG (Computer Role-Playing Game) no significa que sean los únicos jugadores que lo vayan a disfrutar. Aquí hay mucho por explorar, por descubrir, por resolver y por vencer como para mantener entretenidos incluso a quienes nunca han incursionado en este género tan característico, forjado bajo reglas basadas en Dungeons & Dragons.

La vista isométrica no ha muerto en los CRPG: Pillars of Eternity demuestra que aún le quedan muchos clicks de vida.

Un misterioso ritual desencadena las extrañas experiencias del protagonista.

Antes de comenzar la aventura, el juego nos invita a crear un personaje seleccionando aspectos típicos como su raza, clase y habilidades iniciales. El resto de nuestros héroes y antihéroes, para completar un equipo de hasta seis, lo obtendremos a lo largo de la historia, o podremos reclutar aventureros para personalizarlos al igual que el personaje inicial si así lo deseamos (y lo desearemos especialmente si alguno de los otros muere en combate).

Si bien Pillars of Eternity apela a estereotipos conocidos como el Monje y el Paladín, algunas de sus once clases aportan una originalidad bienvenida, como el Declamador (una especie de bardo sofisticado) y el Cifrador (un mago manipulador de mente y alma).

Los gráficos del juego no van a deleitarnos, pues no tienen la intención de hacerlo. El arte, sus detalles y animaciones son suficientes para dar vida al vasto mundo de Eora, y los típicos retratos estáticos de los personajes traerán gratas reminiscencias a la mente de jugadores roleros.

Quien venga a buscar vistas panorámicas, horizontes insondables y armaduras tridimensionales relucientes, aquí no las va a encontrar; para eso está la exitosa saga Dragon Age. Pero Pillars of Eternity demuestra que la vista isométrica no ha muerto en los CRPG; aún le quedan muchos clicks de vida. Ah, y desde ya prepárense para la típica “neblina de guerra” que mantiene en penumbras los alrededores, hasta que se encuentren dentro del rango de visión de nuestros aventureros.

La construcción del contexto y el desarrollo de eventos se sostienen en una excelente narrativa, ambientada con una música encantadora en la que predominan los vientos y las cuerdas. A través de narraciones novelescas, descripciones detalladas y tensos diálogos vamos involucrándonos con los temores de nuestro protagonista, quien descubre ser un Observador con la capacidad de incursionar mentalmente en las vidas pasadas de otras personas.

A pocas horas de iniciar el juego, estos maravillosos relatos en el mundo de Eora (algunos con actuación de voz) nos dan curiosidad por conocer más sobre el ciclo de las almas, los misteriosos rituales y el origen de las antiguas ruinas de Dyrwood. La inclusión de un glosario integrado al texto es bienvenida, pues ofrece detalles contextuales de las facciones, regiones y mecánicas del juego. Los textos, aunque no las voces, están disponibles en varios idiomas incluyendo el español, lo cual aumenta la accesibilidad a la abundancia de palabras para quienes no dominen el inglés. Eso sí, este tipo de RPG tradicionales está pensado para jugadores que disfruten la lectura y un desarrollo relativamente lento de los acontecimientos. Ansiosos, abstenerse.

A través de una sana y profunda lectura podremos comprender las habilidades del Observador.

Una buena noticia es que tenemos una gratificante incidencia sobre las consecuencias de nuestras acciones a lo largo del juego. Si bien la historia central de Pillars of Eternity no modifica su rumbo, las misiones y tareas opcionales pueden alterarse dramáticamente. ¿Ayudamos a los rebeldes de Gilded Vale a deshacerse del criticado Lord Raedric, o dejamos que continúe con su estricta política de control de la enfermedad de los Nacidos sin Alma? ¿Revelamos a una madre desesperada que la poción que tanto nos costó conseguir es en verdad un placebo, o “mejor no aclaremos, que oscurece”? Como algunas de estas decisiones ayudan a ciertas facciones pero perjudican a otras, la disponibilidad de determinadas misiones puede verse comprometida.

Nuestras elecciones en los diálogos van construyendo una reputación a lo largo y ancho del continente, pero a diferencia de otros juegos que alegan este mismo mérito, las consecuencias aquí no son tan evidentes. Quienes incursionan con frecuencia en los RPG comprenderán a qué me refiero: en Pillars of Eternity, no necesariamente la primera respuesta de diálogo es para los “buenos”, la segunda para los “neutros” y la tercera para los “malos”. De hecho, debemos estar muy atentos si pretendemos predecir las reacciones de los habitantes de Eora, e incluso en varias circunstancias los conflictos pueden no resolverse como lo esperamos. Esto es particularmente interesante si consideramos que ciertas habilidades de clase ven afectadas su efectividad, según nuestras acciones se alineen con el comportamiento esperado de, por ejemplo, un Paladín honesto o un Sacerdote carismático.

Así como las conversaciones requieren decisiones prudentes, el combate exige una doble dosis de cuidado: pausar frecuentemente para ajustar tácticas resulta imprescindible. ¿Nuestro mago se ve amenazado por una horda de lobos? Pausa. Ubiquemos al Bárbaro en el frente y ordenemos al Hechicero que invoque su magia desde una distancia mayor. ¿Ahora el Bárbaro está a punto de caer en batalla? Pausa. El Sacerdote puede regenerar su resistencia mientras el Paladín activa un aura protectora para superar las dificultades y “poner el pecho a los lobos”.

Y ya que mencionamos la resistencia, cabe destacar que los aventureros tienen por un lado una barra de salud y por otra una mucho menor de resistencia. Si bien pierden un poco de ambas cuando reciben un ataque certero, esta última se regenera automáticamente luego de finalizada la batalla (siempre y cuando la hayamos ganado, claro). La salud, en cambio, sólo puede recuperarse mediante descanso o algunos talentos. Este sistema, bastante diferente al de otros juegos del género, hace más difícil la pérdida definitiva de un héroe, aunque esto no significa que podamos ser negligentes.

Pausar frecuentemente para ajustar tácticas resulta imprescindible en el combate.

Vamos a una pausa y enseguida volvemos, ¡con un invitado ENCANTADOR!

El dominio de las matemáticas detrás de Pillars of Eternity puede llevar un tiempo de entrenamiento. Por ejemplo, los cuatro tipos de defensa (Desviación, Fortaleza, Reflejo y Voluntad) pueden resultar intimidantes al comienzo, pero a medida que nos animamos a afrontar los desafíos de bandidos en los bosques, a cambiar de armas en plena confrontación, y a respetar los peligros de calabozos laberínticos que superan nuestras capacidades de turno, los dados empezarán a caer a nuestro favor. Para los prudentes, la dificultad del juego se mostrará fielmente justa y necesaria.

A pesar de sus evidentes raíces, Pillars of Eternity presenta algunas características que le dan identidad propia. Más de un jugador se sorprenderá al descubrir que los enemigos no dan experiencia. Sí, leíste bien: en este juego LOS ENEMIGOS NO DAN EXPERIENCIA. Esto hace que las misiones optativas, la exploración para hallarlas y la consecución de objetivos ganen mayor importancia. Evitar batallas con diplomacia o sigilo no conlleva aquí un sentimiento de culpa por la experiencia perdida; por el contrario, muchas veces es la mejor alternativa. Y por supuesto, díganle adiós al grinding.

En Gilded Vale tienen una interesante política sanitaria para enfrentar la enfermedad: cuelgan a los niños afectados y ya está.

Otros detalles pueden resultar también llamativos, como la falta de restricciones de clase en el uso de equipamiento. Aun así, los libertinajes sin sentido son castigados: un Hechicero con armadura pesada se tomará su tiempo para invocar un conjuro, y probablemente no viva para lograrlo. La única restricción en este aspecto está claramente justificada: la particular raza de Divinos no puede equipar protección en la cabeza por sus cuernos prominentes. Al cabo que ni quería… No hay muchos cascos que provean mejorías al equiparlos, de todas maneras. Como última pincelada de identidad, los desarrolladores se inspiraron en tendencias actuales: la inclusión de la fortaleza Caed Nua, que podemos ir reconstruyendo como una base de operaciones, añade una agradable sensación de progresión.

Las consecuencias de nuestras elecciones en los diálogos no son tan predecibles como en otros juegos, lo cual nos genera más emoción e incertidumbre.

Quizá en el afán de mantenerse fiel a sus predecesores espirituales, Pillars of Eternity presenta algunas inconveniencias en la interfaz, especialmente cuando intentamos filtrar y organizar los ítems en nuestro inventario, o cuando navegamos el menú de habilidades y hechizos al subir de nivel.

El movimiento preciso de los héroes también presenta deficiencias, ya que en ocasiones los personajes parecen ignorar la formación indicada, poniéndose en peligro a pesar de nuestra minuciosa premeditación. Por otra parte, el sistema de síntesis y encantación de armas y armaduras es, aunque efectivo, demasiado simple e insulso. Sin embargo, estos defectos son menores y no afectan significativamente nuestra encantadora interacción con los misterios de Eora.

Este sacerdote puede equipar armadura mediana, una vez que la encontremos en el inventario, claro.

Pillars of Eternity es un muy digno sucesor espiritual de juegos como Baldur’s Gate, Icewind Dale y Planescape: Torment.

En definitiva, Pillars of Eternity hace honor a su exitosa campaña en Kickstarter, y sin duda es un muy digno sucesor espiritual de juegos como Baldur’s Gate, Icewind Dale y Planescape: Torment. Una joya épica con una excelente narrativa, encantadora ambientación musical y una jugabilidad que premia la prudencia y la destreza táctica. Si sos fanático de este género, entonces YA lo tenés que estar jugando. Si nunca tuviste la oportunidad de probar un CRPG, este es unexcelente momento para hacerlo.

Por momentos, nos sentimos dentro de una atrapante novela de fantasía.

Disfruté Pillars of Eternity desde el comienzo y lo sigo disfrutando porque aún me quedan muchas horas de juego. En lo personal, me trae recuerdos de 15 años atrás, cuando en las puertas del siglo XXI salían continuamente juegos de este género, uno mejor que otro. Si sos nuevo en esto, dale una oportunidad. Si te resulta demasiado old school, entonces podés probar con Divinity: Original Sin. Si aun así no te sentís cómodo, intentá con el Dragon Age: Origins. Y si no, bueno, quizá los RPG de computadora no sean para vos.

¿LO JUEGO?

Definitivamente, en especial si sos un nostálgico de los RPG tradicionales de computadora.

Y Checkpoint Radio que opina?

guru_web

SI.
BOLUDO.
SI.

Lo que todo amante del género esperaba, un digno sucesor de la época dorada de los CRPG, ya está a nuestro alcance.  ¡Regocijad!

dieguito_web

Leer esta review me transportó a mi adolescencia. Aquellos tiempos en los que jugaba Baldur’s Gate, Planescape Torment y demás juegos ya citados. En una realidad en la que salen muchos juegos que quiero jugar y son cada vez más largos;  y en la que cada vez tengo menos tiempo para jugar, uno tiene que priorizar y ver que juega y que deja pasar. Por lo que plantea este juego, es uno que voy a tener que jugar si o si.

diegote_web

Sinceramente este tipo de juegos no es lo mío, para nada, pero todo lo que cuenta Hugo la verdad que me dió muchísimas ganas de darle una chance. Sin embargo, tengo tantas cosas que me encantan para jugar previamente, que dudo que esa oportunidad se la dé pronto. Claro, el tema es que eso no me preocupa, porque un juego como este no se va a repetir en mucho tiempo, por lo tanto, tengo ampliolo margen para intentarlo. Hace rato largo que no leía la palabra “computadora” XD.

vani_web

La verdad es que, antes, solía huir despavorida ante la idea de ponerme a jugar un RPG; pero ahora, parece que de a poquito me voy amigando con el género. Cuando comencé a leer esta review, lo primero que pensé fue “no lo juego ni en pedo”, pero línea tras línea fui cambiando de parecer y decidí darle una oportunidad, ya que la historia parece interesante. Además, lo que terminó de definirme fue la siguiente frase: “Evitar batallas con diplomacia o sigilo no conlleva aquí un sentimiento de culpa por la experiencia perdida; por el contrario, muchas veces es la mejor alternativa. Y por supuesto, díganle adiós al grinding.” Lo que más me molesta de los RPG (batallar una y otra vez con las mismas criaturas con el único fin de subir de nivel) no está presente, ¡yupi!

Lo Bueno

  • Excelente narrativa y ambientación musical.
  • Reacciones notables ante decisiones en los diálogos, que no son fáciles de predecir.
  • Dificultad adecuada que premia la prudencia y la planificación táctica.
  • Novedoso sistema de salud y resistencia, que flexibiliza la dificultad sin exagerar.
  • Brillante sucesor espiritual de CRPG de antaño.

Lo Malo

  • Desarrollo de acontecimientos algo lento para los estándares de la actualidad.
  • Interfaz poco conveniente para filtrar y organizar ítems, habilidades y hechizos.
9

Joya del gaming

Un gamer que juega múltiples géneros en múltiples plataformas, Hugo -alias Beto- comenzó desde pequeño a incursionar en los videojuegos a través de joyas como Super Mario Bros., Pac-Man y Carmen Sandiego. Sus géneros predilectos son los RPG, los juegos de estrategia (RTS y 4X) y los puzzle. En su ámbito laboral, como profesor universitario en ciencias de la salud, incorpora analogías, alegorías y estrategias de enseñanza inspiradas en su experiencia videojueguil cuando ve la oportunidad. Por supuesto también difunde la religión Checkpointera en sus círculos académicos.