Gears 5 Review

PC Xbox One

La ya clásica saga de Microsoft, otrora llamada “Gears of War”, busca reinventarse no sólo acortando su nombre sino también dándole un par de giros a su gameplay e historia, e intentando volver a lo que supo hacerla gloriosa en sus orígenes.

“Gears of War”, un producto nacido de la mente de Cliff Bleszinski, atravesó varias etapas en sus ya trece años de vida: comenzó con una trilogía alabada por el público gamer que supo mejorarse entrega tras entrega, continuó con un spin-off que dejó mucho que desear, para luego saltar veinticinco años en el futuro y ponernos en la piel de J.D., el hijo del famoso protagonista de la saga: Marcus Fénix.

Esa última entrega, “Gears of War 4”, fue la primera iteración numérica que no se hallaba a cargo de Epic Games, y fue cuestionada por no saber arriesgarse y apuntar demasiado a lo seguro, algo que hoy en día en “Gears 5” podemos ver que ‘The Coalition’ se tomó muy a pecho.

El nuevo capítulo de este estandarte de Microsoft nos brinda un paquete lleno de acción, arcos argumentales por demás interesantes, y algunos más que bienvenidos cambios en el gameplay, tornando a “Gears 5” en una de las mejores campañas de toda la saga.

“Gears of War” a través de los años.

Kait, la flamante protagonista de “Gears 5”.

Para empezar, el mencionado James Dominic Fénix -”J.D.” para los amigos-, resultó un protagonista un tanto llano, que no sólo no logró llenar los zapatos de su padre, sino que se vio opacado aún más por la aparición de una extremadamente carismática y atractiva co-protagonista: Kait Díaz, el primer personaje femenino que lograba estar a la altura de nuestra querida Anya Stroud.

Ello es así al punto de que Kait es quien protagoniza “Gears 5”, dejando a J.D. en un papel secundario y centrando gran parte de la campaña en sus orígenes para tratar de develar la gran incógnita que se nos había introducido en el anterior juego: ¿qué conexión tiene ella con los Locust?

Dicho arco argumental es explorado en conjunto al relativo a la vuelta de esa raza a través de la que es al día de hoy la más extensa y rica campaña de toda la saga, donde no se le da ni un segundo de respiro al jugador.

“Gears of War 4” fue la primera iteración numérica que no se hallaba a cargo de Epic Games, y fue cuestionada por no saber arriesgarse y apuntar demasiado a lo seguro, algo que hoy en día en “Gears 5” podemos ver que ‘The Coalition’ se tomó muy a pecho.

Además de las ya clásicas secciones de intensos tiroteos en donde debemos hacer uso y abuso del inmejorable sistema de cover que supo portar Gears of War desde sus orígenes, “Gears 5” nos introduce algunos puzzles, secciones de stealth, y hasta reducidos espacios open world, donde podremos adquirir desde side quests hasta armas alternativas.

Es también destacable que esta vez podremos jugar la campaña con dos jugadores más, controlando uno de ellos a Jack, nuestro fiel robot abre-puertas, el cual a la vez se nos permite ir mejorando a través de un modesto pero útil árbol de habilidades, por lo que en esta entrega Jack será infinitamente más útil al poder, por ejemplo, revivirnos en batalla

Atrás han quedado esas aburridas e inútiles dog-tags que se nos incitaba -con poco esfuerzo- a coleccionar en las anteriores iteraciones; aquí podremos acceder a una gran gama de coleccionables que enriquecen aún más el lore de esta saga, por lo que el jugador encontrará sobrados motivos para explorar hasta los más recónditos rincones de los variados escenarios que se le presentan.

Ello se nos facilita mediante el uso del “Skiff”, un vehículo muy versátil y divertido de conducir, que convierte lo que podría haber sido un molesto traslado a lo largo de algunos HUBs grandes en una tarea entretenida y que siempre deja con ganas de más.

“Gears 5” no sólo es más, sino que es mejor, y eleva a la saga a un nuevo nivel que llena de expectativa por lo que puede llegar a ser en la próxima generación.

Imposible aburrirse en el “Skiff”.

Marcus viendo decepcionado como a J.D. se lo “empoderaron”.

Gears 5 nos develará la gran incógnita que se había introducido en el anterior juego: ¿qué conexión tiene Kait con los Locust?.

Como antes se adelantó, es digno de destacar la plétora de escenarios presentes en “Gears 5”, ya que además de las desoladas y devastadas ciudades y ámbitos industriales a los que nos tiene acostumbrado la saga, recorreremos también un llamativo desierto y bosques nevados, donde la nieve y el agua congelada pueden ser puntos estratégicos a ser usados a nuestro favor. De hecho, hasta podremos hacernos con un arma de hielo que nos hará sentir como Sub-Zero por un rato.

Ello también resalta por el hecho de que, como siempre ha sido, esta saga hace uso y abuso de los recursos de la Xbox al límite, logrando un apartado gráfico sobresaliente que nos dejará con la boca abierta más de una vez.

La nieve deslumbra

Horda para todos y todas.

Ahora bien, ya establecido que la campaña single player recibió la dosis de adrenalina y lavada de cara que necesitaba, ello es indirectamente proporcional con respecto al contenido online: nada cambió, pero ello es justamente lo que los fanáticos de este aspecto de Gears of War piden siempre a gritos: más de lo mismo que les permita seguir masacrando gente a lo largo y ancho del mundo.

Esto es estrictamente acertado en todos los modos online con la excepción del aclamado modo Horda, ya que esta vez posee un sistema de clases de personajes, fomentando de esa manera aún más el trabajo en equipo, castigando asimismo al jugador que se aísla o se arroja hacia las líneas enemigas sin pensarlo.

Por cada diez olas de enemigos que logremos abatir se nos enfrentará a un jefe que pondrá a prueba todas las habilidades de cada uno de los miembros del equipo. No cabe duda que este modo es el plato fuerte del online.

En contraste con tan adrenalínico modo, otra de las ofertas para jugar online consiste en “Escape”, una modalidad de juego que nos pondrá con nuestros amigos a recorrer una especie de dungeon mientras tratamos no sólo de sobrevivir a los enemigos de costumbre, sino también no morir ahogados por un gas tóxico que irá llenando el lugar.

Una vez que encontremos la salida, deberemos mantener nuestra posición hasta que llegue el helicóptero de rescate. Suena lindo en teoría, pero lamentablemente en la práctica termina volviéndose repetitivo muy rápido.

No obstante ello, la posibilidad de jugar estos modos con Sarah Connor, un T-800, o Dave Batista seguramente le enriquecerá un poco más la experiencia a muchos.

Sarah y el T-800 portando Lancers...quién lo hubiera pensado.

Además del tiroteo adrenalínico, “Gears 5” nos introduce algunos puzzles, secciones de stealth, y hasta reducidos espacios open world, donde podremos adquirir desde side quests hasta armas alternativas.

En conclusión, “Gears 5” establece un nuevo estándar base respecto del cual la saga deberá analizar cómo mantener o mejorar, de acuerdo a si la próxima iteración ve la luz en la actual generación o en la siguiente.

En contra de todo pronóstico y como un buen vino, Gears of War se ha vuelto cada vez mejor con el pasar del tiempo, y es realmente un gusto haber podido disfrutar una evolución tan clara y bien llevada como la ha tenido la saga consentida de Microsoft.

Hay “Gears” para rato, y eso es algo bueno, muy bueno, para el gaming.

¿LO JUEGO?

¡Sin dudas! El mejor Gears al día de hoy.

Lo Bueno

  • Gráficos impresionantes.
  • Protagonista femenina por demás interesante.
  • Una campaña rica en contenido y giros argumentales.
  • Gameplay refinado.
  • Una amplia gama de coleccionables que brindan una alta rejugabilidad.
  • Online para todos los gustos.

Lo Malo

  • Si bien completa, la campaña sigue siendo corta.
  • El arco argumental del ex-protagonista J.D. no cumple las expectativas.
9

Joya del gaming

Con el Derecho como vocación, y los videojuegos como pasión, Guille, “el Gurú”, es un gamer integral, con un amor incondicional a Nintendo, pero que se desvive por jugar cuanta cosa sale al mercado...y hasta a veces lo que ni llega a salir. Los géneros que lo pueden son los RPGs -tanto orientales como occidentales-, peleas y aventuras gráficas; con una fuerte tendencia a desenterrar juegos viejos y olvidados -de ahí su apodo-.