Just Cause 3 Review

Just Cause, el juego de mundo abierto que se caracteriza por la destrucción a gran escala, vuelve luego de un largo tiempo para cerrar el año y honrar su lugar entre los sandbox.

A grandes rasgos, antes del salto a la fama de los juegos de mundo abierto, el claro exponente del género era el GTA; que encontró un rival en Saints Row, el cual tomaba la misma fórmula agregándole un humor un tanto zarpado y evolucionando siempre en esa dirección. De la misma manera, Just Cause viene evolucionando, partiendo desde la idea de generar destrucción masiva en escenarios mucho más amplios que su competencia, pasando de ser un juego bajo el radar dos generaciones atrás, a ser uno de los títulos más esperados de este final de año.

A diferencia de varios juegos contemporáneos, Just Cause no goza de iteraciones frecuentes. Casi cuatro años pasaron de la primera a la segunda entrega, y cinco para esta última. El descanso no es en vano ya que las mejoras son sustanciales.

Esto lo vemos ni bien arrancamos el juego, en una secuencia en donde nos ponemos a disparar desde un avión. Si prestamos atención, podemos ver toda la isla: una masa de tierra montañosa con distintas ciudades a lo lejos. Y no es hasta que saltamos que entendemos que todo lo que vemos a la distancia es territorio explorable.

Como si fuera poco, más adelante veremos que la isla del principio no es más que una quinta parte del mapa total del juego. Pero lo verdaderamente sorprendente no es la amplitud, sino la velocidad con la que lo recorremos: de un segundo a otro pasamos de estar en una ciudad con un estilo cubano a estar en medio de un arrecife.

Esperando las vacaciones ideales.

Todo lo que vemos es explorable.

Nuevamente, tomamos el papel de Rico Rodriguez, quien luego de dejar “La Agencia” (una organización militar a la cual pertenecía en los juegos anteriores), vuelve a su isla natal llamada Medici. Este lugar está dominado por un general autoritario, y nosotros deberemos traerle la revolución.

Para ello iremos conociendo personajes genéricos: la científica que nos provee de la última tecnología, el hermano con sus conflictos, etc. En este caso los estereotipos son acertados, ya que es todo lo que necesitamos saber para avanzar en la historia.

La isla está dividida en provincias, las cuales están dominadas por los militares. Para tomar el control de cada una tendremos que liberar las ciudades o pueblos que se encuentran en el territorio. Para ello se nos dará una serie de objetivos por cumplir: derribar una estatua del general, romper carteles de propaganda, destruir torres de comunicación, tomar la base enemiga, entre otros.

Tendremos que tomar las distintas provincias, eliminando de la manera que más nos guste a los militares que la ocupan.

No sólo es necesario cumplir con los objetivos generales de cada zona para desbloquear las misiones principales, sino que nos da la excusa perfecta para entrenar nuestras habilidades, factor que nos servirá para las misiones más grandes. Ahí termina de despegar la potencia del juego, ya que se puede apreciar la escala de la destrucción, el nivel de detalle en los desprendimientos de las estructuras, y la calidad de las explosiones.

Controlamos a nuestro personaje con una cámara en tercera persona. Nuestro arsenal se compone de un arma larga, una destructiva al estilo lanzamisiles y una combinación de dos cortas, además de granadas y distintos explosivos. Pero la estrella del juego es sin duda el gancho: de igual forma que en los juegos de Batman, contamos con esta herramienta para movernos por el mapa. Aquí no sólo es una herramienta fundamental para trepar por los terrenos y edificios de la isla, sino que también nos sirve para impulsarnos hacia el enemigo y golpearlo; o su nueva característica: unir dos objetos cualesquiera y atraerlos rápidamente entre sí. Las combinaciones son casi infinitas, como hacer colapsar un tanque de gasolina y un soldado enemigo.

Preparate para muchos fuegos artificiales.

Lo bien que nos vendría el paracaídas en capital.

También contamos con un paracaídas (que mágicamente se guarda sólo) y un wingsuit (traje de vuelo). Combinar este equipo con el gancho hace que movernos sea divertido y rápido, solucionando uno de los grandes problemas de los juegos anteriores. Estos tres elementos están disponibles en todo momento y no tienen limitaciones, por lo que no importa qué tan desequipados estemos, ya que podremos contar con ellos para sacarnos de cualquier apuro.

Para cerrar nuestro arsenal, también contamos con todo tipo de vehículos, desde motonetas hasta helicópteros de guerra. Entrar a una zona de conflicto en un tanque o volando con el gancho ofrece una diversidad interesante. Cada vez que destrabamos un vehículo nuevo, podemos pedir que nos lo manden a voluntad.

Un problema, si se quiere, es que al haber tantas posibilidades de locomoción y transporte distintas, cada uno tiene su esquema de controles. Varios suelen cambiar los gatillos o algún botón, que en otro transporte usamos para otra cosa. Cuesta un poco acostumbrarse. Para empeorar ligeramente la situación, nuestro personaje se mueve bastante lento, por lo que vamos a estar experimentando distintas opciones de transporte constantemente.

La movilidad que nos ofrece la combinación del traje de vuelo, el gancho y el paracaídas es pocas veces vista en un juego.

A medida que vamos tomando territorios se nos habilitan distintos desafíos: carreras contra el tiempo, tomar un vehículo y destruir un sector, pistas de vuelo para el wingsuit, etc. Cada una nos dará puntos los cuales nos permiten desbloquear distintos modificadores que hacen las veces de upgrades.

El proceso de tomar ciudades y liberar provincias para desbloquear misiones principales y desafíos, se repite mucho. Si bien hay variedad tanto de objetivos como de estrategias, la isla es tan grande que al final del día queda una sensación de monotonía.

Gráficamente no estará a la altura de los titanes del año, pero tanto la isla como los personajes se ven muy bien, especialmente considerando lo masiva que es y lo rápido que cambiamos de entorno. Como mencionamos antes, se destaca la calidad de las explosiones.
Todo esto hace que los tiempos de carga sean muy largos, pero por suerte no son muy frecuentes.

Audicionando para ser el próximo hombre araña.

La verdad Just Cause 2 no me gustó mucho en su momento. Si bien la idea de destrucción masiva sonaba interesante, era común quedarse sin balas, tener que recorrer mucho espacio a pie y la distribución de misiones era desprolija. Grata fue mi sorpresa cuando vi que todos estos puntos estaban mejorados en esta entrega. Es realmente sorprendente cómo esta saga se está ganando su lugar mejorando con cada entrega. No será el juego del año, pero es una apuesta más que interesante para cortar con los juegos serios.

¿LO JUEGO?

Sí. Armá las valijas y preparate para pasar unas interesantes vacaciones en la isla de Medici.

Checkpoint opina…

dieguito_web

Tanto Saints Row como Just Cause tienen algo que, para mi, es vital en un juego de este género: son muy divertidos. Just Cause 2 me gustó mucho, me dio muchísimas horas de diversión, un mapa inmenso, variedad de formas de realizar las misiones… Que Just Cause 3 siga estas bases, me entusiasma mucho. No es un juego que se tome a sí mismo muy en serio, y ese creo que es su mayor acierto.

seba_web

Mis primeras impresiones del primer Just Cause, hace varios años, fueron deplorables: me reía más de lo barato que parecía el juego, que de las situaciones bizarras que se planteaban. El segundo aminoró considerablemente esa opinión, y demostraba cuanto más robusto había sido el desarrollo en esa entrega. Me parece que este tercero sigue en la misma linea, ascendente, generando un lindo subgénero dentro de los sandbox, el sandbox en joda y divertido. Es imposible que no se sienta una monotonía en un juego abierto, así que los errores aparentes deberían ser más que sobrellevados sin problemas para disfrutarlo a pleno.

diegote_web

Los juegos anteriores no me cerraban para nada. Pero es innegable el crecimiento que tuvo la saga. Le daría una oportunidad, pero lo dudo mucho. Nunca jugué más que unas pocas horas al GTA V. Así que lo más probable es que retorne al mencionado juego en este verano, antes que meterme en Just Cause 3. Lo dijimos el año pasado en el podcast: que muchísimo juegos sean sandbox u open world, a la larga termina cansando y creo que Just Cause 3 no sale en el mejor momento. Pero tiene muchos seguidores, y es bueno que a esos seguidores, sin dudas les va a encantar.

fede_web

Juegos flasheros si los hay, impresionante el crecimiento que tuvo esta saga. Veré si lo juego, sin duda tengo ganas!

beto_web

La saga Just Cause es como una franquicia pochoclera: mucha pelea, destrucción y explosión para saciar el hambre de vértigo de quienes no se conforman con mirar una película de acción, y necesitan participar activamente en ella. No es mi estilo de juego, pero valoro el esfuerzo de los desarrolladores por su progreso a lo largo de las sucesivas iteraciones. ¿Será que el guión de su vida les garantiza salir siempre airosos como el protagonista heroico de este tipo de historias?

Lo Bueno

  • Una isla variada y divertida de explorar.
  • Mejoras contundentes con respecto a su predecesor.
  • Variedad de armas, vehículos y misiones.
  • La combinación del gancho, paracaídas y wingsuit.

Lo Malo

  • A la larga se hace repetitivo.
  • Isla demasiado grande.
8

¡A no dejarlo pasar!

Facu ya no es el checkpointer más joven, pero si el mas alto. Histórico usuario de PlayStation y las portátiles de Nintendo, recientemente sumado a Xbox gracias a GamePass y el trabajo. Disfruta de una buena historia antes que todo, sin importar el medio o el formato (series, cine, libros...), aunque los videojuegos son los que más lo atrapan. Como la mayoría en Checkpoint juega desde que tiene conciencia y sabe que va a seguir jugando siempre. Facu trabaja en Microsoft.