Un relanzamiento digno para negociar con demonios en la helada Antártida, una vez más.
Los seres humanos se encuentran al borde de pagar un alto precio por sus excesos: en la fría Antártida, un creciente portal amenaza con engullir al planeta Tierra entero, en una oscuridad llena de demonios. Este escenario bien podría ser una misión para Sailor Moon y sus amigas, pero Shin Megami Tensei Strange Journey Redux ofrece una alternativa: Naciones Unidas decide enviar un grupo militar de elite para investigar este fenómeno y encontrar una solución.
Si bien la historia dista de ser original, la exploración del Schwarzwelt -la misteriosa anomalía del Polo Sur- se torna cada vez más interesante a medida que progresamos en el juego y se va develando una compleja relación milenaria entre humanos y demonios. Y no será la primera vez: Strange Journey Redux es un relanzamiento de su versión de 2009 (DS).
Nuestro típico protagonista mudo -al que bautizamos al comenzar la aventura- inicia su periplo como uno de los miembros de este grupo militar encargado de desentrañar los secretos de la anomalía. Pronto la situación se vuelve algo desesperante, a medida que los demonios matan a los humanos invasores de su dimensión, luego de que las naves enviadas son abducidas por el portal. Y esta es una sensación destacable en Strange Journey Redux: somos nosotros los foráneos que se entrometen en el megaverso de los demonios, y siempre nos sentimos poco bienvenidos en los diversos entornos que, cabe señalar, están ambientados con una sorprendente banda sonora que se destaca en la portátil de Nintendo.
El único crucero que queda más o menos en pie pronto se transforma en nuestra base de operaciones, desde la cual salimos al exterior dentro de un traje apto para la exploración que, cabe destacar, es en primera persona. Si bien puede percibirse cierta torpeza al movernos desde esta perspectiva en un mapa dividido en cuadrícula, en poco tiempo nos acostumbramos a toparnos con tesoros, trampas, compañeros y enemigos, al estilo Etrian Odyssey.
En Strange Journey Redux somos nosotros los foráneos que se entrometen en el megaverso de los demonios, y siempre nos sentimos poco bienvenidos en los diversos escenarios del Schwarzwelt.
Como es característico en la saga, nuestra fuerza de combate mejorará en tanto podamos negociar con los más de 300 demonios que pueblan los calabozos, varios de los cuales serán reconocidos inmediatamente por los seguidores de la saga. El intercambio de favores con los potenciales aliados requiere de un tacto sutil para reconocer la personalidad de nuestro interlocutor, que si acertamos en las respuestas y contamos con un poco de suerte, nos dará Macca (la moneda del juego), un ítem o su lealtad, según nuestras exigencias. Claro está, mientras más ambicioso nuestro pedido, más tendremos que ceder a cambio.
Tanto en las negociaciones como en combate, la alineación del protagonista y de cada demonio -que incluye variantes como Light o Dark, Law o Chaos- influye de forma diversa en el resultado. Si pretendemos triunfar en las peleas más desafiantes, conviene incluir criaturas de similar alineación, lo cual desencadena ataques en secuencia al explotar la debilidad de un oponente. En particular, la alineación del protagonista puede alterarse según las decisiones que vamos tomando a lo largo del juego, que dicho sea de paso, puede devenir en múltiples finales.
Por supuesto, las destrezas de nuestros demonios -así como las propias- se desarrollan a medida que ganamos experiencia y subimos de nivel, y sus habilidades pueden diversificarse a través del sistema de fusión insignia de la saga, que nos permite experimentar con un abanico entretenido de combinaciones. A esto se suma la posibilidad de ir destrabando aplicaciones principales y secundarias para nuestra suerte de traje espacial, que nos ayudan en campo a través de bienaventuranzas: recuperar vida al desplazarnos, reducir la frecuencia de encuentros o aumentar el daño de ataques cooperativos.
Si pretendemos triunfar en las peleas más desafiantes, conviene incluir criaturas de similar alineación, lo cual desencadena ataques en secuencia al explotar la debilidad de un oponente.
El relanzamiento en 3DS agrega algunos aditamentos bienvenidos: además de gráficos actualizados y voces japonesas, se suman nuevos personajes y un calabozo extra -similar al Mementos de Persona 5– con nuevos desenlaces para la historia. Para algunos fanáticos quizá sea esta razón suficiente para recorrer una vez más los caminos de Shin Megami Tensei Strange Journey; y para los novatos, una excelente oportunidad para adentrarse en la saga. Ahora con tres opciones de dificultad, los jugadores sin demasiada experiencia pueden evitar la ocasional frustración que implica toparse con una batalla ineludible, con un demonio amenazante, que rápidamente nos liquida en tres ataques devastadores.
Si bien Shin Megami Tensei -y sus spin-offs- suele pecar de una repetitividad reconocible, la fórmula es lo suficientemente atrapante como para invitarnos a recorrer sus juegos una y otra vez. En particular, Strange Journey Redux es una buena iteración para ingresar en la saga si esta es tu primera vez, en especial teniendo en cuenta los benévolos agregados incluidos en este relanzamiento.