El relanzamiento de una fórmula original en una de sus últimas iteraciones. ¿Vale la pena volver a Super Monkey Ball?
Super Monkey Ball, nacido en los arcades japoneses allá por 2001, comprende una serie de juegos algo particular: controlamos la inclinación del escenario para guiar, por fuerza de gravedad, una esfera con un mono adentro hacia su destino. El desafío consiste en sortear un abanico de obstáculos y enemigos contrarreloj, manteniendo cierto balance ante el riesgo de caer al vacío.
En sus diversas apariciones en una multitud de plataformas -desde PlayStation hasta dispositivos móviles-, la fórmula se mantuvo mayormente idéntica, adaptándose a las particularidades de cada anfitrión. Banana Blitz HD es un relanzamiento de la versión de Wii de 2006, aquella que aprovechaba las prestaciones cinéticas de los novedosos Wiimotes.
La oferta de contenido es sencilla y poco ambiciosa. El modo principal nos invita a avanzar a través de ocho mundos, cada uno de los cuales cuenta con ocho niveles, un desafío bonus y una batalla contra un jefe. En cada caso debemos hacer gala de nuestra habilidad manual e intentar llegar a destino con la mayor celeridad posible, intentando obtener las bananas distribuidas por el escenario, lo que nos premia con vidas extras y un mejor puntaje.
Por otro lado, contamos también con un modo party que consta de diez minijuegos para disfrutar con amigos, o solos contra la inteligencia artificial. El menú va desde carreras con vallas hasta batallas espaciales. A esto se suma el Time Attack, infaltable en este tipo de juegos, y… no mucho más. El planteo es, evidentemente, conciso y al grano.
Banana Blitz HD es un relanzamiento de la versión de Wii de 2006, aquella que aprovechaba las prestaciones cinéticas de los novedosos Wiimotes.
Super Monkey Ball Banana Blitz HD no va más allá de lo que pretende ser: un recordatorio de una saga autocontenida que probablemente pasó por fuera del radar de unos cuantos jugadores, aún tras tantas iteraciones. En esta nueva versión modernizada quizá se perdió algo de magia en la jugabilidad que ofrecía en Wii, en especial en la edición de PS4 en la que nuestro control se reduce a un stick y un botón de salto.
No obstante su corto alcance, esta es una buena oportunidad de probar una fórmula bastante original, con un encanto entretenido que ayuda a distenderse en sesiones cortas y gratificantes.