Dark Souls III Review

Luego de un éxito más que rotundo en las entregas anteriores, nos encontramos ante la conclusión de una saga que será, sin lugar a dudas, una de las más famosas en la historia del gaming. Una saga que dejó bien en claro que los jugadores todavía quieren juegos desafiantes, y marcó un camino que muchos otros seguirán.

Al opening del juego no podría pedírsele más: una cutscene que establece el clima y nos da una -vaga- idea de dónde está parado nuestro personaje en el universo, y listo, a los bifes.

Ello, a mi parecer, es excelente: lo mejor que un juego puede hacer es dejarte jugar rápidamente y mostrarte lo divertido que es. No vamos a encontrar tutoriales molestos, no hay cutscenes innecesarias; en ese sentido From Software sigue tomando buenas decisiones, ya que en los primeros minutos, el juego es el que se encarga de enseñarnos los movimientos que nos van a acompañar durante el resto del viaje.

Acepto que la utilización de los cartelitos en primera instancia me choca un poco, y si bien se siente “poco natural”, es cierto que esos mensajes son una mecánica más del juego que tendremos que aprender a utilizar.

Los primeros cinco minutos de juego ya son un claro ejemplo de lo que nos espera.

Retorna el hub central donde podremos recargar energías y visitar nuestros NPC de confianza.

Resultaría un poco hipócrita de mi parte adentrarme en el apartado “historia” del juego, ya que no me considero un sommelier de la saga Souls.

Y…tengan en cuenta que para realmente entender la historia de esta saga hay que tener ganas de investigar, leer, probar, analizar, compartir opiniones, releer, etc.; estamos hablando de un juego que tiene canales dedicados en YouTube que sólo hablan de su historia, y patrones exitosos alrededor. En algún lado hay un tipo que vive de escribir sobre esto.

No obstante ello, sí cabe destacar que en esta ocasión, la historia se siente un poco menos críptica que en las otras entregas. El juego, a través de ítems o diálogos, es un poco más directo al contarte lo que está pasando. Aparentemente,, la idea con esta entrega fue cerrar cabos sueltos y darle una suerte de conclusión.

La muerte viene seguido y fuerte, pero nos permite reintentar más rápido y con poca penalización.

Ahora sí, a lo importante: el gameplay. Para empezar, los bonfires, que sirven como respawn points y donde podremos sentarnos a recargar energías, son abundantes; es decir que, sin importar donde mueras, es dificil que pierdas mucho tiempo de juego, y en este sentido el “castigo” por muerte me hace acordar más al Super Meat Boy que a entregas previas de la serie, donde una muerte es simplemente un “try again” desde poco atrás en el tiempo. Ojo, para mí esto es bueno. Algunos dirán que sólo lo hicieron para que el juego sea más accesible -y es cierto-, pero yo creo que es una excelente decisión de diseño porque no deja de ser altamente desafiante, punto en el cual la entrega anterior tuvo ciertas flaquezas.

Es decir, se muere más seguido que en el Dark Souls II, lo cual lo arrima más a entregas previas de las saga, pero la penalización es menor, lo cual lo vuelve accesible sin dejar de ser desafiante. Este balance se siente excelente. Otra de las evidencias de dicho balance, es la variabilidad de dificultad dentro de las mecánicas de juego; está incorporada de una forma natural dentro del sistema de juego en sí, y no con una mera selección en el menú de opciones.

¿Cómo funciona esto? En realidad es bastante simple: desde la selección de personaje ya podemos o bien elegir deprived y arrancar literalmente en bolas, o ser más o menos cuidadosos al elegir el starting gift, que puede ser desde un consumible para PvP, hasta un anillo que incrementa permanentemente tu HP mientras lo tengas equipado, ideal para PvE.

¡De regreso a la acción!

Encontraremos un combate más dinámico que en los anteriores Souls; en este sentido nos recuerda a Bloodborne.

Una belleza de proporciones épicas por donde se lo mire.

Otro detalle es que durante el juego, además de ponernos más hábiles, si estamos trabados en un área determinada, podemos regresar al hub y levelear nuestro personaje o comprar chiches nuevos; esto sin llegar a convertirse en un tedioso grinding.
El pacing del juego es excelente: hace un gran trabajo en darnos desafíos que están un poco más allá de nuestro nivel, llevándonos a esforzarnos y mejorar nuestras habilidades hasta poder vencerlos. Luego nos deja respirar un poco, y al rato -que suele ser bastante pronto- nos vuelve a castigar -o regalar- un desafío nuevo, diferente, que nos hace replantear y volver al proceso de aprendizaje.

Muchas veces nos encontraremos pensando: “¿Podré? ¿O lo dejo para después?”

Si bien Dark Souls III nos ofrece un ritmo balanceado con una curva de aprendizaje determinada, también presenta alternativas a lo largo del camino, además de los desafíos que se encuentran, digamos, a nuestro alcance.

Muchas veces encontraremos algún pasillito, camino secundario o atajo que nos lleva a algo sumamente complicado para el momento del juego. Es que, justamente, esa sensación de encontrarse ampliamente superado por la situación que obliga a volver mejor preparado es lo que le brinda a la saga Souls ese feeling tan especial que la empapa.

Dark Souls III tiene un excelente pacing, un espléndido balance de dificultad, y te ofrece alternativas a cada momento para recorrer áreas de considerables desafíos.

En las mecánicas, podemos observar cómo mezclaron exitosamente particularidades tanto de las entregas anteriores como de su medio hermano Bloodborne. El combate es bastante dinámico y los enemigos vienen, frecuentemente, en cantidades generosas.

Los controles son muy similares al Dark Souls II, con la adición de las “Weapon Arts”, que básicamente agregan habilidades a las armas/escudos, y dependiendo de cuál tengamos equipada, la weapon art funciona diferente. Por ejemplo, si tenemos una straight sword, se habilita una pose que agrega dos movimientos más al abanico original; la battle axe en cambio tienen un grito que aturde a los enemigos, nos da una mejora de atributos y modifica los ataques fuertes.

Las weapon arts en acción.

Estas habilidades consumen “Focus Points”, que es la misma energía que se usa para utilizar magia, así que por más que quieras ir a puro combate cuerpo a cuerpo, quizá valga considerar invertir unos puntitos de atributos en ese aspecto normalmente reservado para hechiceros. Las mecánicas, en síntesis, se sienten sólidas y acompañan perfectamente a la experiencia Souls.

Estéticamente, Dark Souls III roza la perfección: el arte visual está excelentemente logrado y se acopla perfectamente al resto de la experiencia.

Más belleza.

Dark Souls III, en su apartado gráfico es una obra de arte por donde se lo mire. Hay una increíble atención al detalle: todo se alinea para formar un paisaje sin igual, en el cual incontables veces me encontré parado girando la cámara lentamente, tan sólo para contemplar la belleza del arte ambiental…y de paso ir analizando el escenario para planear mi siguiente camino.

El aspecto sonoro está también muy cuidado, y se nota la dedicación que le pusieron a todo el desarrollo. Los efectos de sonido suman para que nunca nos sintamos verdaderamente a salvo, y contribuyen a redondear la atmósfera del juego. La música es excelente y es clave al hacernos sentir que estamos realmente en una batalla de proporciones épicas.

Dark Souls III demostró, una vez más, que un juego desafiante bien hecho es algo que muchos queremos ver. Y lo hace con un nivel altísimo, con atención al detalle en cada esquina, logrando una experiencia sólida que, sin importar si venís siguiendo la saga o sos nuevo, seguramente vas a disfrutar.

¿LO JUEGO?

¡Sí! Tanto si te gustaron los anteriores, como si querés iniciarte en la saga, es realmente una experiencia obligatoria.

Checkpoint opina…

diegote_web

Cada vez que sale un nuevo Souls, me prometo volver a la saga, dado que nunca terminé el original Demon’s Souls. Jugué Bloodborne, de forma inconclusa también. Probé este juego de primera mano, y definitivamente tiene lo que tiene que tener. Saber que es el último, hasta que salga otro juego con el mismo espíritu, pero ya en otro setting, me dan ganas no de jugar este, sino ponerme de a poco e ir jugando todos. Lo haré, lo que no sé es cuanto tiempo me llevará ni cuando podré lograrlo y no “morir” en el intento.

dieguito_web

El rato que lo jugué lo sentí muy parecido a todos los demás, y a la vez con las diferencias necesarias como para no sentir que es una copia. Cada vez que agarro un souls me prometo a mi mismo, nunca más volver a pasar por el mismo masoquismo, y siempre termino volviendo.

fede_web

Una maravilla poder volver a usar un escudo!! (en Bloodborne no hay) Lo que pude jugar de Dark Souls III indica con toda seguridad que estamos ante una de las mejores entregas de la saga, los gamers pedían que todo vuelva a ser un poco como en Demon’s Souls y Dark Souls, y From Software cumplió. No veo la hora de poder darle duro y platinar esta joya.

guru_web

Una saga que se animó a demostrar que los gamers no queríamos achancharnos y que, cada tanto, volver a llorar como cuando no podíamos pasar un castillo del Dr. Wily es algo que queríamos experimentar nuevamente.
¡Aplaudo a From Software por seguir dándonos satisfacciones!

seba_web

Toda saga tiene sus flaquezas en alguna iteración, pero las recordadas ampliamente son aquellas que saben cómo volver al planteamiento inicial sin dejar de evolucionar como género. Es el caso con la saga Souls, que toma los elementos que hicieron mas accesible a Bloodborne y los mezcla con las sensaciones plasmadas en Demon’s Souls y Dark Souls. Sinceramente es una saga que toque y dejé al mismo tiempo, por su dificultad extrema sin manera de progreso factible en la forma de pelear. Aún hoy, sabiendo que no pienso volver, admiro su atmósfera de manera subrayada, y el miedo intrínseco que genera en el jugador el saber que en las próximas 10 baldosas te vas a morir.

facu_web6

Extrañamente no es una de mis sagas favoritas. Casi termino el primer Dark Souls y tengo el Bloodborne esperando. Sin embargo me gusta la idea que mueras más veces pero la penalización sea menor. Además, su relación con Bloodborne hacen el ejemplo perfecto de cómo la competencia a veces ayuda, y mucho.

Lo Bueno

  • Desafiante, pero justo.
  • El combate es divertido y hay mucho para masterizar.
  • La atmósfera.
  • Boss fights épicas.

Lo Malo

  • Las conexiones de áreas, menos “naturales” que en entregas previas.
  • Hay que tener altas especificaciones para que corra bien en PC.
  • La “experiencia completa” es cara; el season pass sale USD 24.99.
9.5

Joya del gaming

Diegote empezó a jugar con el clon de Atari 2600 "Dynacom" y poco tiempo después conoció la ColecoVision y se terminó de enamorar de los videojuegos para siempre. Conductor de Checkpoint radio, actor, coreuta y programador de sistemas; aporta ese granito de arena al proyecto de Checkpoint. Es consolero y tiene un amor olvidado en la Sega Genesis y la Dreamcast. Actualmente juega mucho en Playstation, pero también tiene una PC más o menos Gamer y disfruta de las bondades de Steam. Le encantan los shooters y aventuras en 3ra persona, y si tienen buenos puzzles mejor; en los últimos años se prendió mucho con la onda de los juegos indie.