Gears Tactics Review

PC Xbox One

Gears of W…perdón, no me acostumbro; la saga Gears incursiona en el género de táctica, uno liderado por clásicos indiscutibles. ¿Es un ‘hit’ o un ‘miss’? Veamos.

Sin lugar a dudas, Gears se ha convertido en el caballito de batalla de Xbox, aún más que Halo, ya que no sólo hace un lustro que Master Chief brilla por su ausencia, sino que la última entrega de su saga no fue de la mejores.

Luego del rotundo éxito de su quinta entrega, Gears se anima a lo que pocas sagas: incursionar en un nuevo género, y ni más ni menos que en el de táctica.

¿Acaso un juego que se caracteriza por su adrenalínica acción sin parate puede ser trasladada con éxito a un tablero donde las piezas se mueven por turnos? Aparentemente sí, y de manera absolutamente brillante.

Gears Tactics no se contenta sólo con migrar sus clásicos entornos y lore a la estrategia por turnos, sino que nos brinda todas las herramientas que los hoy considerados clásicos del género han sabido importar a este estilo de juego.

Mikayla, Gabe, y Sid, nuestros protagonistas.

Pareciera que Gears hubiera pertenecido siempre al género táctico.

Vamos a partir desde esta base: Gears Tactics no inventa nada nuevo, pero eso no le quita mérito al hecho de que los desarrolladores de The Coalition han sabido usar de manera por demás sabia los elementos que exponentes tales como X-COM han vuelto elementales para un juego de este género y calibre.

De esa manera, tal como anteriormente lo han logrado sagas impensadas como Final Fantasy en Tactics y Mario en Mario + Rabbids Kingdom Battle, Gears se traslada a la táctica de una manera tan prolija que logra que uno se pregunte cómo no había sucedido antes.

Cabe destacar que a diferencia de Halo Wars, el spin-off de género RTS de la saga homónima, Gears Tactics está originalmente pensado para ser jugado en PC, no obstante su gran logrado porteo a consola.

¿Acaso Gears, un juego que se caracteriza por su adrenalínica acción sin parate, puede ser trasladada con éxito a un tablero donde las piezas se mueven por turnos? Aparentemente sí, y de manera absolutamente brillante.

Gears Tactics es una precuela del primer Gears of War, y nos pone en el rol de Gabe Díaz, padre de Kate -la actual protagonista de la saga-, quien luego de haber sufrido una derrota que lo deja sin moral para seguir en el frente de batalla, opta por servir en un taller mecánico de la C.O.G. Sin embargo, su elegido exilio del campo de guerra dura poco, ya que es especialmente seleccionado para llevar adelante una operación secreta junto al veterano Sid para intentar eliminar a Ukkon, el antagonista de esta entrega que está haciendo que la guerra contra los Locust se vuelva cada vez más difícil.

Si bien Gears Tactics podría ser cronológicamente considerado el primer juego de la saga, y además el juego nos brinda un pequeño contexto histórico explicándonos sobre el Emergence Day -hecho pivotal de Gears-, el resto del juego hace uso de elementos que considera que el jugador ya conoce, por lo que es ampliamente recomendado haber jugado las anteriores entregas; más aún para que los hechos que se van suscitando a lo largo de la excelente historia del juego tengan el impacto originalmente intencionado por los desarrolladores.

Una característica que salta a primera vista es el apartado gráfico: ya sea en las cinemáticas o en medio de una partida, Gears Tactics goza de unos gráficos envidiables, para no ser menos que sus hermanos mayores.

El detalle que tiene cada una de las unidades, sus animaciones, y la minuciosa composición de todos los escenarios no deja de asombrar hasta el último capítulo.

Acompañando los gráficos, podremos escuchar melodías y efectos sonoros característicos de la saga, por lo que la experiencia en su totalidad no se aparta de ser un Gears en todo su esplendor desde el minuto uno.

Gears Tactics se ve espectacularmente bien en todo momento.

Gears Tactics goza de unos gráficos envidiables, para no ser menos que sus hermanos mayores.

Hay unidades enemigas que meten miedo.

Las primeras misiones de Gears Tactics nos servirán de tutorial, el cual brinda las herramientas necesarias para entender todas y cada una de las acciones a llevar a cabo por nuestras unidades, pero eventualmente dejándonos explorar estrategias que mejor se ajusten a nuestro modo de pensarlas.

Tanto la curva de aprendizaje como la de dificultad son por demás acertadas: en ningún momento Gears Tactics se siente injusto, y muy difícilmente una mala racha no sea producto de una estrategia pobremente desplegada por el jugador.

Sin embargo, este juego no sólo posee cuatro dificultades en las que puede jugarse: Principiante, Intermedio, Experimentado e Insano, sino también el modo ‘Ironman’ que le agrega los condimentos de no poder reiniciar una misión ni retroceder una jugada en cualquiera de esas dificultades.

Podremos personalizar en profundidad cada uno de nuestros Gears.

Asimismo, cada una de nuestras unidades puede ser completamente personalizable: desde elegir hacia qué rama desarrollaremos sus respectivos árboles de habilidades hasta el color y tramado de sus armas; cada uno de los integrantes de nuestro pelotón se sentirá único, y realmente nos dolerá llegado el momento en que perdamos a alguno.

Gears Tactics nos llamará a hacer uso de todas esas habilidades que con tanto esmero le hemos podido hacer aprender a nuestro equipo, como así también las habilidades que el jugador mismo irá adquiriendo a lo largo del juego: trazar una fuerte estrategia es vital, y un mal movimiento puede significar una derrota aplastante, más aún si jugamos en las dificultades altas y en modo ‘Ironman’.

El tamaño de algunas unidades enemigas es por momentos abrumador, y mientras más grandes sean, más partes de éstas significa que tendremos para ir deshabilitando y procurar la supervivencia de nuestro pequeño escuadrón.

Ukkon, el que nos está haciendo la vida imposible.

Tanto la curva de aprendizaje como la de dificultad son por demás acertadas: en ningún momento Gears Tactics se siente injusto, y muy difícilmente una mala racha no sea producto de una estrategia pobremente desplegada por el jugador.

Con todos los elementos descritos, más una longitud de aproximadamente veinticinco horas, sin lugar a dudas Gears Tactics tiene todo para volverse uno de los favoritos del género.

Lejos puede haber quedado cualquier duda de que éste fue un intento de exprimir una saga tan redituable como Gears; el juego en revisión ha sido creado a lo largo de casi cinco años, durante los cuales al parecer los desarrolladores han invertido todo su talento y recursos en crear un nuevo gran exponente del género táctico, y del que nada tiene X-COM que envidiarle.

Un producto de tal magnitud conlleva un precio acorde, pero elevado: U$D 59.99, o $ 3.399; sin embargo, al igual que todos los productos first party de Microsoft, lo tendremos disponible en nuestra librería de GamePass para ser jugado desde el día de su lanzamiento.

Gears Tactics deviene en una entrega vital para los seguidores de la saga, y obligado para los veteranos de la táctica, puesto que no sólo sabrá deleitar todos y cada uno de sus sentidos, sino que también sabrá poner a prueba todo lo que ellos creen saber a la hora de desplegar sus unidades en el tablero virtual.

¿LO JUEGO?

Definitivamente. Ya seas fan de la saga o del género, Gears Tactics cumple -y supera- las expectativas de todos.

Lo Bueno

  • Gráficos espectaculares.
  • historia interesante y bien desarrollada.
  • Campaña extensa.
  • Personalización profunda de unidades.
  • Mecánicas perfectamente implementadas.

Lo Malo

  • No aporta nada nuevo al género.
  • Las unidades que no son los personajes principales pueden pecar de genéricas.
8

¡A no dejarlo pasar!

Con el Derecho como vocación, y los videojuegos como pasión, Guille, “el Gurú”, es un gamer integral, con un amor incondicional a Nintendo, pero que se desvive por jugar cuanta cosa sale al mercado...y hasta a veces lo que ni llega a salir. Los géneros que lo pueden son los RPGs -tanto orientales como occidentales-, peleas y aventuras gráficas; con una fuerte tendencia a desenterrar juegos viejos y olvidados -de ahí su apodo-.