Todas las generaciones de consolas ven algún tipo de colección de juegos clásicos. Incluso se torna difícil poner una vara, ya que el juego en sí mismo queda sujeto en extremo al gusto del jugador por lo retro, y una mezcla de su cariño y nostalgia por la saga.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo es más sencillo traer juegos del pasado al presente, reevaluando la manera en la que estos se presentan. La capacidad de digitalizar al 100% o agregar funciones son hoy los puntos de valor a la hora de una evaluación.
Yendo a lo concreto, contamos con dos colecciones subtituladas Vol. 1 y Vol. 2 respectivamente. Los juegos que traen son:
Volumen 1: Pac-Man, Galaxian, Xevious, Mappy, Dragon Buster, Dig-Dug, The Tower of Druaga, Sky Kid, Dragon Spirit: The New Legend, Splatterhouse: Wanpaku Graffiti y Pac-Man Championship Edition Plus!
Volumen 2: Battle City, Pac-Land, Dig-Dug II, Super Xevious, Galaga, Rolling Thunder, Mappy-Land, Legacy of the Wizard, Dragon Buster II, Mendel Palace y una nueva adaptación de Gaplus!
En ambos casos el catálogo incluye grandes clásicos de Namco, de esos que muy difícilmente no hayas jugado en tu infancia, cuyos sonidos y efectos van a golpear en la nostalgia. Sumado a un puñado de títulos no tan conocidos para jugadores que deseen experimentarlos.
El clásico que te acordás a medias.
El que te acordás seguro.
Sin embargo, aquí también yace el primer punto negativo del juego: son dos colecciones distintas. En una época donde darle un tono de servicio es sencillo, tener el juego dividido en dos se siente anticuado. Unificarlos a costa del precio debería haber sido lo mínimo, mientras que poner un hub y poder comprar juegos a voluntad habría sido el modelo ideal.
Esto ya se puede ver en, por ejemplo, los emuladores de NES y SNES de la Switch: si bien el modelo de negocios es distinto, uno solo ofrece un diferencial en tiempos modernos.
En esta línea, y a favor de estas colecciones, la presentación es limpia, ordenada, el menú es sencillo y hay claridad en cuanto a las opciones.
Otro punto de interés es la capacidad de retroceder el juego en tiempo real. Curiosamente se optó por no poder retroceder cuadro por cuadro, sino un tiempo leve desde que presionamos el comando. Si bien es un detalle, parece ser una decisión acertada para no abusar milimétricamente de esta opción.
Y el que no te acordás.
Personalmente no soy el mayor fanático de los juegos retro, aunque sí me sorprendió encontrarme con muchos juegos de mi infancia temprana, donde no tenía noción de que Namco desarrollaba/publicaba tantos títulos.
El catálogo completo es más que correcto, la presentación es impecable, pero palidece el punto que debería ser el de mayor atención, que es la posibilidad de trascender el formato usual de estas colecciones.