God Eater 2 Rage Burst Review

El fin del mundo no fue suficiente para un solo God Eater, luego de tres años (en la realidad y en el juego) un nuevo problema amenaza al mundo.

Lanzado originalmente en 2013 para PSP y Vita, God Eater 2 llega a occidente bajo el nombre God Eater 2 Rage Burst.

El juego toma lugar en un mundo post apocalíptico que conoció la desesperación cuando aparecieron unas bestias conocidas como Aragami, amenazando con destruirlo todo. La esperanza de la humanidad se encuentra depositada en Fenrir, una organización militar con los medios para salvar el mundo.

Para el bolsillo del caballero y la cartera de la dama, el arma conocida como God Arc posee todo lo que usted necesita. Con no uno, sino tres –sí, escuchó bien- tres módulos intercambiables, su armamento puede transformarse tanto en una espada (con variedades tales como martillos, guadañas y mucho más), en un arma de proyectiles, o un escudo; todo con el simple presionar de un botón. Como si fuera poco, si adquiere el producto ahora, se llevará un módulo de regalo que permitirá sacar una feroz boca del mango para devorar a sus enemigos.

Hablando en serio, son pocos los usuarios que pueden utilizar el God Arc. Las personas compatibles son conocidas como God Eaters, los únicos capaces de destruir a los Aragami.

¿Seremos compatibles con el God Arc? Spoilers: sí (así empieza el juego).

Nuestra arma conocida como God Arc, permite atacar a largo y corto rango con el simple presionar de un botón.

Alisa tres años después.

God Eater 2 comienza cuando un recluta nuevo ingresa a una subdivisión especial de Fenrir. Este guerrero somos nosotros, un protagonista silencioso que customizaremos con un editor estándar para este tipo de juegos. Éste permite seleccionar los rasgos generales para nuestro personaje, como tipo de cara, corte de pelo, voz, colores, etc.

Esta división es conocida como Blood, ya que sus integrantes poseen un poder latente especial que los diferencia de otros God Eaters. El primer tramo del juego, se enfoca en introducirnos a esta unidad. Pasadas unas horas, se devela una amenaza superior que será nuestra problemática principal; llegado ese punto, estaremos rondando la base del este, es decir, el centro de comando del primer juego.

Hay que destacar la relación que God Eater genera entre sus dos títulos. Considerando que la unidad Blood es completamente nueva, podemos comenzar por esta segunda parte sin problemas, descubriendo su mundo a la par de nuestros protagonistas. Si jugamos al primer juego, disfrutaremos de montones de interacciones con sus personajes correspondientes, viendo cómo crecieron en el intervalo de tres años entre historia e historia. Una buena manera de dejar a todo el mundo conforme.

La unidad especial Blood.

Como les contamos en la nota del evento de presentación del juego en Argentina, God Eater intenta imitar las mecánicas de Monster Hunter. Nos encontramos ante un juego con un fuerte componente de acción en tiempo real, con elementos de RPG. Solo que, a diferencia de la concepción clásica del género, ser más fuertes no pasa primordialmente por subir de nivel. Por el contrario, aquí no existen los niveles, sino que todo dependerá de fortalecer nuestras armas y habilidades.

Para mejorar los módulos del God Arc, existe un sistema de desarrollo de equipo ligado a los materiales que compremos u obtengamos en las misiones. Esta particularidad que tienen los miembros de Blood se traduce directamente en un sistema de habilidades que adquiriremos y mejoraremos mientras más juguemos. Por último, podemos comprar distinta ropa para estar a la moda post-apocalíptica.

Podemos acceder a todas las misiones desde el centro de mando. Éstas se dividen en: las principales para avanzar la historia, algunas de mayor dificultad para juntar materiales, y distintos eventos especiales. El ritmo de avance se mantiene entretenido gracias a su historia que progresa constantemente.

Acción dinámica y una pizca de repetitividad.

La acción es dinámica y variada. Lamentablemente, tiende volverse repetitiva a largo plazo.

Esta estructura es la que hace posible la faceta online del juego. Podemos hacer la mayoría de las misiones con hasta tres amigos. Si bien la inteligencia artificial hace un buen trabajo, jugar con otra gente es más divertido y nos permite un enfoque más estratégico. A pesar de que no abundan usuarios para jugar, es fácil conseguir un equipo hoy en día. Lamentablemente, todo indicaría que esto va a ser difícil cuando hayan pasado unos meses. Cualquiera sea el caso, lo ideal sería jugar la totalidad del juego con amigos o un grupo fijo.

Lo que sería con gráficos modernos.

El apartado audiovisual es el punto más flojo. Gráficamente no se esconde por un segundo que el juego fue pensado para PSP, pareciendo con el lavado de cara, un juego del final de la era de PS2. Las actuaciones de voces no destacan, pero tampoco son malas. Lamentablemente, la sincronización con el video y con los movimientos de los “labios” de los personajes dejan mucho que desear. La banda sonora tiene algunos temas pegadizos, pero la mayoría van a pasar sin pena ni gloria.

Todo esto se compensa con una estética muy cuidada. Los monstruos tienen un diseño particular que logra evocar esa sensación de que el mundo peligra gracias a ellos, dándoles a los más grandes un semblante de dios que le da nombre al juego; sentimiento que se repite con las armas. Los escenarios no se quedan atrás, con ciudades destruidas donde la naturaleza recuperó su lugar y las bestias deambulan como raza dominante.

Un poroto al lado de nuestro protagonista.

El género “a lo Monster Hunter” es particular. No avanzar por nivel sino por equipo tiene como consecuencia ponerse a juntar materiales, y que algunas peleas se tornen repetitivas y largas. Esto no es ni bueno ni malo, sino que es un género distinto, el cual puede no ser para un público tan masivo como lo sería un estilo más clásico.

No puedo dejar de comparar a God Eater 2 con Freedom Wars. Si bien ambos juegos tienen mucho en común, God Eater destaca de sobremanera manteniendo un buen hilo conductor en su historia. Otro fue el caso de Freedom Wars, que si bien tenía muchas ideas interesantes, su historia terminó pareciendo una serie de Cris Morena. Destaco este elemento ya que varias veces va a ser nuestro mayor motivador para superar la repetitividad.

Para cerrar, vuelvo a remarcar el compromiso de Bandai Namco de localizar todos sus productos. Aunque en este caso haya sido varios años tarde, van por un buen camino, que esperamos sea cada vez sea mejor.

Nota: Algunos personajes y escenarios del juego aparecen en el Project X Zone 2. No te pierdas nuestra review.

¿LO JUEGO?

Si bien el género no es el más atractivo, este es uno de sus mejores exponentes.

Lo Bueno

  • Historia con un ritmo constante.
  • Estética de los escenarios, monstruos y armas.
  • Mejoras varias con respecto al primer God Eater.
  • Amplia variedad de equipo y customizacion.
  • Jugar con amigos o un grupo fijo.

Lo Malo

  • Gráficos muy anticuados.
  • Algunos problemas con el sonido.
  • Esperar mucho para encontrar un equipo online.
  • Repetitividad en los combates.
7

Bien logrado

Facu ya no es el checkpointer más joven, pero si el mas alto. Histórico usuario de PlayStation y las portátiles de Nintendo, recientemente sumado a Xbox gracias a GamePass y el trabajo. Disfruta de una buena historia antes que todo, sin importar el medio o el formato (series, cine, libros...), aunque los videojuegos son los que más lo atrapan. Como la mayoría en Checkpoint juega desde que tiene conciencia y sabe que va a seguir jugando siempre. Facu trabaja en Microsoft.